Veintinueve

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Hace 3 años.

Aquella mañana luego de insistir demasiadas veces a Garp, el pequeño Luffy de en ese entonces tenía solo diesisiete años y una curiosidad incontrolable, era más imprudente y menos consciente de las consecuencias.

Caminaba observando con gran detalle cada lugar, el castillo era inmenso y estaba tan lleno de misterios por donde sea que mirara, no sabía por donde empezar y lo hizo recorriendo el gran patio principal, allí dio un par de vueltas alegre y corrió metiéndose en el primer pasillo que vio luego de detenerse.

Desde el segundo piso, Eustass el príncipe heredero lo observa con curiosidad, de inmediato noto que el chiquillo era un omega y es que cualquiera podría haberlo notado a kilómetros de distancia ya que el muchacho no se molestaba en ocultarlo para nada, la suave brisa que corría en aquel lugar trajo hasta las fosas nasales del pelirrojo el delicioso aroma del muchacho.

-joven príncipe - llamo la atención del pelirrojo su asistente más fiel y guardián personal, un joven de rubia cabellera y mirada feroz.

-como sea - gruñó entre dientes, dio la media vuelta y encaminó sus pasos en la dirección a la cual vio que se fue el chiquillo.

Tomo un atajo por un pasadizo secreto y rápidamente se encontraba del lado opuesto del castillo, su agudo olfato y mirada audaz no mentían así que los siguió y rápidamente dio con él, se había topado con otro de los pasillos secretos y tenía la cabeza metida allí.

-¿que haces hurgando en mi castillo? - se apoyo de lado contra la pared y cruzó sus brazos esbozando una ladina sonrisa.

Luffy de inmediato se respingo estaba tan distraído en dar el primer paso hacia la aventura que no noto al otro sujeto allí y cuando se quiso dar cuenta Eustass ya estaba sobre él analizando su rostro muy de cerca.

-eres lindo - comentó sonriendo ampliamente y achinado ligeramente los ojos.

Luffy se sonrojo terriblemente, el alfa frente a sus ojos desprendía un delicioso aroma que cautivo de inmediato al chiquillo, dio un paso atrás y choco contra la pared siendo acorralado de inmediato por el pelirrojo.

-¿quieres conocer mi habitación?

Había sido la pregunta que desato él descontrol absoluto, Luffy no pudo negarse ante tan tentativa y caliente oferta, sus sentidos se activaron y de inmediato asintió, no pensaba claramente ya que el aroma de Eustass lo embriagaba confundiendo lo un poco.

El pelirrojo lo invito a entrar por el antes mensionsdo pasadizo secreto y ambos se vieron rápidamente en la exageradamente grande habitación de Eustass.

Está de más decir que allí hubo más de un encuentro sexual candente y Luffy paso uno de sus primeros celos con él, con su amado pelirrojo quien le prometía el cielo, el mar y las estrellas, proclamaba amarlo locamente y Luffy creía ciegamente en él después de todo ¿como podría mentirle?

Luffy se enamoro perdidamente de él e ignorando esa pequeña pequeña espina en su corazón que le decía cada tanto que se alejara.

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-estoy embarazado - proclamó Luffy aquella tarde con la mirada llena de ilusión - tres semanas - enseñó sus dedos, sus mejillas coloradas y su inevitable sonrisa.

Mi Gran AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora