6. No la vuelvas a tocar

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Me encanta estar en la cafetería, pero comenzar a trabajar aquí definitivamente fue un error porque voy a terminar matando al hermano de mi jefa.

—Eres un imbecil, Caleb, te odio —le pego con mi dedo en el pecho dándole una mirada de odio.

Kiara llega y se para en medio de nosotros miradandonos cansada, se pasa una mano por el cabello antes de poner sus manos en jarra sobre su cintura y nos mira como si ya estuviera harta de vernos pelear todo el tiempo.

Y no la culpo porque hasta yo estoy cansada de ustedes.

—Pueden dejar de discutir de una maldita vez —la voz calmada con la que habla en este momento es lo que mas miedo me da —estan espantando a los clientes y ya me tienen con dolor de cabeza con sus tonterías diarias, pueden hacer el maldito esfuerzo de llevarse bien aunque sea por un momento.

—Si señora —decimos caleb y yo al mismo tiempo. Volteo mi cara hacia el como la niña de exorcista y le saco el dedo corazón sin que Kiara de se cuenta, el solo sonrie y siento que mi corazón va a explotar de ternura cuando veo los dos hermosos hoyuelos que se forman en sus mejillas, y como sus ojos se achinan convirtiéndose en dos diminutas rayitas sobre su cara.

Se ve jodidamente adorable y no se porque eso pone el corazón a latir tan deprisa.

—Caleb, quiero que vallas y te pongas a limpiar las mesas del fondo —dejo de mirarlo —Liliana,  quiero que vallas a coger el pedido del chico que acaba de llegar y les advierto que si los veo pelear de nuevo voy a despedirlos a ambos.

Y sin mas que decir se da la vuelta y se va detrás del mostrador a seguir con su trabajo. Hoy a estado un poco triste y sin ánimos, y las dos bolsas negras que tiene bajo sus ojos me preocupan. Esta mañana llego con los ojos un poco hinchados como si estuviera llorando durante mucho tiempo.

Camino hacia la mesa a coger el pedido y me paro frente a un rubio de ojos verdes que no había visto nunca por aqu pero que es muy bonito.

—Buenas tardes, ¿qué desea ordenar? —agarro bien el cuadernito para anotar lo que me diga.

No habla si no que se queda viendome fijamente, frunzo el ceño y carraspeo para que se de cuenta que quiero que hable ya, hago una mueca de asco cuando baja su mirada a mi cuerpo y lo repasa de arriba abajo mientras se muerde el labio inferior. Me pone incómoda.

—Si no esta listo para pedir puedo venir en otro momento —hablo tratando de que deje de mirar mi cuerpo de esa forma tan...asquerosa, me hace sentir incomoda a niveles extremos.

—Por el momento solo quiero un batido de banana y fresa, muñeca

¿muñeca?. Dios mio, que idiota.

Anoto su pedido y dándole una última mirada tratando de no demostrar el desagrado que siento en mi cara porque lo último que quiero es que me despidan por no tratar bien a los clientes. Me doy la vuelta y vuelvo hacia Kiara para pasarle la orden, y mientras me alejo de el puedo sentir su mirada clavada en mi nuca.

—Que tanto queria ese —habla Caleb inmediatamente me paro frente a ellos con un tono seco que no le había escuchado nunca.

—Y a ti que te importa —le doy la espalda.

Hasta verguenza me da ser tu conciencia, niña.

—¿Porque siempre estas a la defensiva?

Me pregunto lo mismo.

—Mejor callate, Caleb.

—Eres tan mala, querida Liliana.

—no soy tu querida ni nada que se le parezca.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora