13. Se te esta olvidando mi beso, Principessa.

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—!¡Caleb!¡ —chillo meneando mis pies y pegándole en la espalda con mis puños —bajame —le doy un manotazo mas fuerte en la espalda y a cambio resivo un asote en las nalgas —¿acabas de golpear mis nalguitas?

—Si y si no te comportas lo voy a hacer de nuevo.

Las personas que van pasando por la calle se nos quedan mirando y comienzan a murmurar, pero la atención que les presto es mínima. Por el momento lo único que me preocupa es estar sobre la espalda de Caleb y el porque el que me haya pegado en las nalgas me pone tan cachonda, la humedad entre mis piernas es la prueba del delito.

Creo que soy masoquista.

Reacciono cuando nos paramos frente a su carro e intenta meterme en el, pero me reuso y lucho contra el.

—Métete en el carro, Liliana —me ordena perdiendo la paciencia —te estas comportando como una niña pequeña.

Hago un estupido puchero y me dejo entrar en el carro quedándome quieta mientras me abroca el cinturón de seguridad. Agarra los mechones de pelo que se posaron en mi cara mientras venia de cabeza sobre su espalda y las pone detrás de mis orejas.

–No me mires así —me pasa las manos por las mejillas y acaricia mi labio inferior con su pulgar —sabes que no tienes ninguna razón para estar enojada conmigo. No te he dado ninguna razón para estarlo.

—Tu no, pero tu estúpida noviecita si —le quito la manos de mi cara y la volteo para otro lado que no sea el —¿puedes llevarme a casa?.

Da un paso atrás y asiente —Okey.

Trato de que no me duela el hecho de que no negó lo que dijo sobre Megan siendo su novia. El pecho se me oprime y las lagrimas amenazan con salir de mis ojos, pero respiro ondo y me las aguanto.

Sabia que no tenia porque confiar en el cuando me dijo que no eran nada.

Caleb cierra la puerta y rodea el auto subiéndose también al carro, lo enciende y a diferencia de las otras veces que me he subido con el al carro, esta vez no hay música y el ambiente no es bonito y cómodo. Esta vez esta cargado de frustración y el ambiente es tenso y lleno de silencio.

Odio el silencio.

Creo que es lo que mas odio después del café. Supongo que cuando estoy en silencio es como si las personas a mi alrededor no me notaran, no se dieran cuenta de que...aquí estoy y que si no hablo como una cotorra todo el tiempo, tarde o temprano se olvidaran de mi.

¿Es un pensamiento estupido?. Posiblemente si. ¿Dejare de pensar asi?. No.

Todo el camino a casa nos la pasamos en silencio total, ni el intenta mantener una conversación conmigo ni yo con el y es lo mas extraño del mundo porque siempre es uno de los dos que busca sacarle conversación al otro.

Cuando estaciona el carro frente a mi casa agarro mis cosas preparándome para salir y entrar a mi zona segura.

—Gracias por traerme —Volteo mi cara en su dirección mientras hablo —Buenas no...

Me quedo pasmada y con las palabras en la boca cuando la suya captura la mia en un delicado beso. Mis ojos se abren de sobremanera y lo miro congelada.

—Megan no es mi novia —es su respuesta a las miles de preguntas que pasan por mi cabeza y tal parece que el las lee.

Antes de lo que canta un gallo me agarra por el cabello y profundiza el beso convirtiéndolo en uno cargado de deseo y frustración. Miles de sensaciones atraviesan mi cuerpo, desde los temblores involuntarios hasta las mariposa traicioneras que revolotean con fuerza en mi estómago.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora