30. Tarde de autocompasion

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-¿Tarde de autocompasión con tus mejores amigos?.

Me lanzo sobre ellos, abrazo a Cristian por el cuello, pegándome a el como una garrapata.

Hace rato que me estaba dando miradas de culpa y lastima, pero ella no tiene la culpa de lo que hace su hermano.

-Es justo lo que necesitaba chicos -me rio entre lágrimas -a mis mejores amigos aquí conmigo.

Cris lucha con la funda con los helados y pasa un brazo por mi cintura en un intento de abrazarme. Kiara no se queda de brazos cruzados y envuelve sus dos brazos en mi cuerpo, apretandome con fuerza.

-Entremos antes de que se derrita el helado -me limpio las mejillas con mis manos. Sonrio en su dirección y abro la puerta detrás de mi para que ellos pasen.

Dejo que entren primero y luego lo hago yo. Cierro la puerta detrás de mi sin hacer mucho ruido, subimos los tres escaleras arribas para ir a mi habitación. No se cual es el plan que tienen hoy, pero les agradezco que estén aquí. Justo ahora me siento muy sola y solo quiero compañia para no sentirme así.

Entramos en mi habitación, Cris va directo a mi cama que se cree que es de el y se tira sobre esta como un viejo perezoso. Kiara se queda detrás de mi, con las manos entrelazadas y mordiéndose el labio inferior por los nervios.

Nota mi mirada en ella y sube su mirada, se me queda viendo y me siento mal por verla tan nerviosa, supongo que cree que la rechazaré por la cagada de su hermano, pero eso nunca va a suceder. Amo a esta chica y es mi mejor amiga.

-Liliana, yo...

-Ki, no fue tu culpa y yo...no quiero hablar de eso ahora -me paso las manos por el cabello -solo quiero tener un lindo día con mis mejores amigos antes de irme la semana que viene, quiero olvidar todos los malos momentos que he pasado y reemplazarlos por buenos porque no quiero irme con un mal recuerdo de este país tan maravilloso.

Suspira con alivio al escucharme decir eso, sus hombros se relajan, como si estuviera llevando una carga super pesada sobre sus hombros.

-Lo que usted ordene, mi capitana -hace una pose militar con las manos y pone los pies rectos.

-Gracias, chicos -digo - de verdad gracias por estar aquí.

-Siempre para ti, Muñeca. En las buenas y en las malas.

Cristian se levanta de la cama y señala la funda de los helados que dejo en mi mesita de noche.

-Bueno, vamos a comernos este manjar antes de que se derrita. ¿Les parece ver una película? -señala la televisión frente a la cama que muy pocas veces he usado porque siempre veo las series y películas abajo, en la sala.

-Yo primero -alcanzo la funda y saco un bote de helado de fresa -necesito algo que me cure el alma y de paso la mala suerte.

Ambos se dan una mirada que no logro descifrar por mas que lo intento, pero lo dejo pasar y no menciono nada porque no quiero hablar del tema.

-Nada que un buen helado de fresa no pueda arreglar -me pasa una cucharita -aunque si quieres lo arreglamos con alcohol.

-Deja de ser tan alcohólico -gritamos Kiara y yo a la vez.

Nos miramos con sorpresa y pasamos a hecharnos a reír como focas retrasadas.

-Yo busco la película chicos -alcanza el control y enciende la televisión -tu y Cris sigan repartiendo los helados.

Hacemos lo que ella dice y repartimos los helados que viene siendo un bote para cada uno, lo limpiamos un poco por los lados con las servilletas porque se estaba derritiendo un poco.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora