5. se un poquito mas discreta, Princippesa

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Trabajar en la cafeteria es magnífico, es hermoso poder ver todo el tiempo a las personas y tratar de desifrar lo que piensan o lo que sienten, poder inventar historias en mi cabeza a causa de lo que les veo hacer cuando vienen aquí, pero obviamente no todo puede ser bueno, como por ejemplo; el momento en el que Caleb comienza a molestarme llamandome por ese estupido y nada acertado apodo que usa contra mi.

—Caleb, por ultima vez te lo digo, deja de llamarme asi, enserio te lo digo —dejo de limpiar la mesa y lo miro con advertencia. Se a pasado toda la mañana haciendo todo lo posible por sacarme de mis casillas y lo esta logrando.

—Tu me llamas idiota, ¿por qué no puedo yo llamarte enana? —la cara de diversión que tiene mientras habla es lo que mas me molesta porque al parecer esta situación para el es muy graciosa.

—!¡Pero si es lo que eres!¡ —No me estoy viendo pero puedo jurar que mi cara esta a punto de explotar de lo enfadada que estoy con el.

Toda la mañana me a estado observando desde todos los lados posibles, como un acosador, el cree que no me doy cuenta, pero es que su mirada es tan intensa y dura que sientes como si te estuvieran perforando la piel. También lo he pillado mirandome el culo varias veces.

¡Es un pervertido!

Aunque no puedo negar ni un poquito que sentir su mirada sobre mi me gusta, me gusta mas de lo que debería. Si no fuera tan idiota e insufrible podría decirse que el chico me gusta, pero su forma de joderme la vida solo provoca que lo odie cada día un poquito mas.

Yo lo dudo muchísimo.

—Tierra llamando a Liliana —pasa una mano delante de mi cara y se la manoteo con fuerza. De repente me encuentro furiosa por ese pensamiento tan estupido que tuve por culpa de el.

—Eres un idiota, Caleb, no te soporto.

Kiara llega interponiendose entre ambos y nos separa con las manos, estoy tan furiosa que ni siquiera me di cuenta de cuando me acerque tanto a el, estoy prácticamente pegada a su pecho.

—Podrían dejar de pelearse por un segundo, tenemos clientes que atender y ustedes los están espantando con sus peleas sin sentido —reclama con un tono de voz enojado que en esta semana y media que tengo aquí jamás le había escuchado —por favor.

—Lo siento, Ki —me disculpo —no volverá a pasar.

—Se que no se llevan bien, pero si pudieran hacer el intento de llevarse un poquito mejor se los agradecería muchísimo, chicos —junta sus manos mirándonos con súplica.

—Ella es la que no me soporta, yo nunca dije que me callera mal —murmura Caleb por lo bajo y yo trato seriamente de no sorprenderme con esa confección.

—Sus razones tendrá para eso —en realidad no creo que tenga una buena razón para eso Kiara —ahora todos a trabajar y no quiero una pelea mas de parte de ustedes o se las verán conmigo.

Jesús, nunca pensé que la voz de Kiara me causaria escalofríos, siempre es delicada y suave cuando habla, pero justo ahora se escucha siniestra. Se parece a mamá cuando se enojaba conmigo por querer pasarme los fines de semana encerrada en mi habitación editando fotos y no saliendo de fiestas como una adolescente normal.

Miro una ultima vez a Caleb con todo el desagrado que mi cara me permite y me voy detrás del mostrador para coger los pedidos de las personas que están en la fila.

—Buenas tardes, ¿qué desea ordenar? —pregunto al chico frente a mi con mi sonrisa mas amistosa y calida.

—Un café latte y un emparedado de queso por favor.

Anoto todo el pos-it y lo pego en la tableta de pedidos.

—En unos minutos le traemos su pedido.

Anoto unos cuantos pedidos de unos clientes mas y luego me dirijo a la cocina y le entrego los pedidos a Caleb y a Kiara que son los que saben cocinar todas esas comidas. Yo apenas y se preparar batidos y cafés.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora