7. Ya no me caes tan mal

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—Buenas noches, Enana —la sonrisa que me da es la culpable de que hace días se me este acelerando el corazón y que este teniendo sueños con el, sueños en los que estamos el y yo involucrados besándonos como que no hay un mañana.

Suelto un suspiro resignada a que jamas va a dejar de llamar así y le abro la puerta  por completo para que su majestad puede pasar sin problemas por ella.

Posa su mirada en mi y lentamente recorre todo mi cuerpo con esa estúpida sonrisa de diversión plasmada en su cara de simio y es ahí cuando me doy cuenta de que todavía traigo la ropa vieja y gastada, y que ando descalza.

—¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí parado como una estatua?—suelto, pero mi tono sale mas brusco de lo que pretendía, al ver su cara me arrepiento de haberlo dicho —Lo siento.

Siempre estás de mala leche, niña, controlate por el amor de dios.

—Hay algo que me da curiosidad —da un paso hacia mi y yo retrocedo como la cobarde que soy —¿eres así de borde con todo el mundo o solo es conmigo?. Si es solo conmigo dejame decirte que eso me haría sentir muy mal porque lo ultimo que quiero es que cada vez que me acerco a ti se te valla la felicidad y sea sustituida por esa cara de espanto y enojo que tienes cada que me vez.

El problema no es el, soy yo, soy yo con mi falta de confianza en las personas y el saber que Caleb posiblemente me este gustando mas de lo que quiero admitir me hace sentir asustada y nerviosa y por eso reacciono de esa forma con el.

—Puedes dejar de fastidiarme y entrar de una buena vez, Caleb —agarro la puerta con tanta fuerza que mis manos se tornan blancas por la fuerza con la que aprieto, su presencia me pone de los nervios y que este así de cerca de mi aumenta todo.

—Ya cálmate, no era para que te enojaras —se hecha para atras y me da una ultima mirada antes de rodearme y entrar a la casa dejandome parada en la puerta con las piernas temblando y los latidos del corazón retumbando en mi pecho y sintiéndome algo culpable por hablarle de esa manera.

Me permito darle un leve, ni tan leve repaso ahora que no esta mirando. Tengo que admitir que esa camisa blanca le queda de puta madre y que la tenga remangada hasta los codos revelando sus tatuajes lo hace aun mas sexy, el culo que se le forma con esos pantalones no puede ser normal y esa espalda tan ancha y fuerte de la que me encantaría agarrarme mientras...

Ok no, no es posible que este teniendo estos pensamientos sobre Caleb justo ahora.

Frustrada conmigo misma cierro la puerta tan fuerte que resuena por todos lados, voy directamente al comedor dónde ya están todos sentados conversando de no se que cosa. Me siento en la silla frente a Caleb y me quedo mirandolo, pero tratando de disimular porque no quiero que me cache mirandolo embobada.

—Kiara dice que lamenta mucho no haber podido venir a la cena, pero que hoy ya tenia un compromiso con su novio —la voz de Caleb interrumpe el silencio que se formó.

—Otro día sera entonces.

Miro los platos de comida servidos por toda la mesa y la boca se me hace agua al ver la lasaña lista para ser deborada por mi.

—Liliana —levanto la cabeza al escuchar la voz de Ruby pronunciar mi nombre —tu padre me dijo que naciste en España —asiento —desde que tenia tu edad me a gustado, pero no he tenido la oportunidad de visitar.

—Si, mi mamá es española y dure hasta los cinco años viviendo haya y te aseguro que es mágico, todo es muy bonito y las personas son una chulada.

—Tal vez algún día pueda llegar a visitarlo.

—Te aseguro que te va a encantar, la comida también es genial —todos se ríen por ese último comentario.

La cena transcurre muy tranquila y sin ningún inconveniente, la lasaña estuvo absolutamente deliciosa como siempre. Ruby y yo hablamos mucho sobre mi futuro y otras cosas más. Es una mujer muy agradable.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora