10. No quiero que olvidemos el beso

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Me despierto con el sonido de mi hermosa y tan increíble alarma taladrandome los oidos, ya se me acabaron las minis, muy minis vacaciones y es hora de regresar a trabajar.

Con toda la pereza y desgana del mundo me levanto de la cama y me adentro en el baño aun con los ojos medios cerrados. Hago pis y me entro a la ducha donde me doy un buen baño y lavo mi cabello que tengo tres días sin hacerlo y ya era hora.

Cuando termino de bañarme salgo del baño y me pongo lo primero que agarro del armario, hoy no tengo muchos ánimos y todavía tengo el dolor de cabeza por la borrachera presente. No quiere abandonarme al parecer.

Y ni les cuento lo poco que he dormido por andar pensando en el imbecild de Caleb y su boca toda sabrosa, me he estado martirizando la existencia pensando en ese beso y en lo horrible que me senti, bueno, en lo horrible que todavía me siento al saber que para el fue un error.

De no muy buen animo salgo de mi habitación para picar algo en la cocina. De solo pensar o escuchar sobre Caleb me pongo de malhumor.

Es un maldito idiota.

Aunque la idiotamayor fui yo porque sabiendo que posiblemente Megan sea su novia y este feliz y contento con ella deje que me besara, lo deje hacerle sabiendo que lo que me dijo no es ninguna mentira, pero que hago si para mi no fui ningún error porque en el fondo yo quería esto, quería que me besara, sentir sus labios juntos a los míos, quería que me tocara y me hiciera sentir tan bien como lo hizo en ese momento. Ahora debo enfrentar la realidad y esa es que entre el y yo no puede suceder nada porque el tiene novia y yo pues me voy dentro de unos meses.

Entro a la cocina con algo asi como tristeza llenadome por completo, pero al encontrarme con papá frente a la estufa cantando y bailando alegremente la canción "ajena de eddy herrera" toda esa tristeza se esfuma y es remplazada por un ataque de felicidad al verlo tan contento.

—Buenisimos días, papá —saludo.

Se voltea hacia mi sonriendo, tiene la espatula en la mano y trae puesto el delantal de ositos que le vi la otra vez en el jardin.

—Buenos dias, pequeña —me acerca a el dandome un besito en la frente —ve a sentarte que ya llevo el desayuno —asiento y doy media vuelta saliendo de la cocina. Me siento en el comedor y mientras papa termina le mando algunos mensajes a mamá, ha estado muy ocupada en el hospital y apenas hemos tenido tiempos para nuestras llamadas nocturnas en las que me pone al día con todos los chismes que suceden en el vecindario mientras no estoy.

Es igual o mas chismosa que yo y eso me encanta.

Ya casi llegan sus vacaciones y me dijo que iba a pasarlas con mi abuela en España. Me encantaría ir porque hace años que no veo a mi abuela materna, pero creo que se quedara para otro momento.

Papá sale de la cocina con dos platos con unas tostadas francesas que se ven riquisimas, para el trae un café y para mi obviamente mi preciado jugo de naranja.

Inmediatamente deja los platos sobre la mesa le hecho mano a mi tostada y el primer mordisco que le doy me sabe a gloria.

—Por cierto, pequeña —levanto la cabeza de mi plato —quieres ir a ver alguna peli al cine mañana.

—Si, me encantaría.

Seguimos desayunando en completo silenció, cada uno con sus pensamientos en diferente direcciones y no me alegra para nada decir que mis pensamientos estaban en Caleb y su boca toda rica.

—¿Quieres que te lleve? —pregunta al verme preparándome para irme.

—Te lo agradecería muchísimo —lo ultimo que quiero hoy es caminar el largo camino hacia la cafetería, mis piecitos no aguantan mas.

Te quiero idiota (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora