❪ 𝟎𝟗 ❫

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CAPÍTULO NUEVE| COPITAS DE CAIPIRIÑA !

EMMA


— ¿Qué él hizo qué?

La boca de Lexi se formó en una perfecta O, y sus ojos azules se abrieron al máximo, creando así una genuina expresión de incredulidad.

— Así como lo oyes —confirmé, llevándome una fresa a la boca. Se quedó recalculando acerca de lo que hizo Tom unos días antes, porque por supuesto debía contarle. No soy precisamente el tipo de chica que podía guardar en secreto cosas como estas, a pesar de hacerme la misteriosa, siempre terminaba contándolo a los cuatro vientos—. Está loco, ¿no es así?

Y admito que siempre espero oír lo que quiero oír, a pesar de que Alexa era todo lo contrario a eso. Ella era completamente sincera, aunque por cierta parte lo agradecía. Yo misma era suficiente alimentando mis sueños como para que alguien más lo haga también.

— Pues, eso era algo de público conocimiento —reflexionó, mirando hacia el techo. Eso lo hacía cuando estaba pensando, se ve que le daba las respuestas. Algunas acudían a la bola mágica, otras a las cartas y Lexi bueno... al techo—. Esa noche, en la fiesta. ¿También lo hizo?

— Sí, cuando me encontré con Patrick —confirmé, agarrando el peluche de unicornio de la rubia, le faltaba un ojo pero era tierno-escalofriante —. Según él quiere cuidarme y alejarme de los idiotas. Tiene un radar para eso.

— Si viene al caso entonces tendría que alejarse de ti, idiota —opinó, sacándome una sincera carcajada desde lo más profundo —. Ahora que lo pienso... todo esto me suena a que hay una posibilidad de que quizás sienta lo mismo que tú.

Si antes me carcajeé, ahora estaba a punto de tener un ataque de risa. Como si fuera el mejor chiste que me han contado jamás, creyendo que Lexi estaba jugando conmigo, pero a juzgar por su cara de falta-de-sentido-del-humor, me di cuenta que no.

— ¿Cómo puedes pensar eso? —exclamé una vez que terminé de reír, negando con la cabeza—. Me ve como una niña, una hermana menor, o una mierda así.

— Pues discúlpame pero a tu hermana no la cuidas diciendo que usarán toda una puta caja de condones como par de conejos —resaltó, enarcando una ceja. Tenía un punto, pero no era lo suficientemente resistente como para alimentar su tonta teoría. No iba a ilusionarme con él, era algo imposible de suceder. Algo solo platónico de mi parte y debía aprender a vivir con ello—. No sé... yo no lo descartaría.

— Tú también estás demente —me pegó un manotazo en la pierna, sin generar fuerza para evitar que me doliera y ambas reímos—. Me quedaré con la idea de que estaba enfermo y no se encontraba en sus cinco sentidos... —me encogí de hombros en mi lugar—. Y lo de esa noche... quizás estaba borracho.

— Si eso te deja dormir... adelante —me animó, sabiendo que ni yo me lo creía del todo pero era lo que a mi mente le servía y ya está. No le daría más vueltas al tema, no sería algo que fuera a repetirse. Estoy segura —. ¿Salimos esta noche?

Me tiré en la cama boca abajo como respuesta.

— ¡Oh, vamos! —insistió, acostándose a mi lado solo que mirando al techo. Sus cabellos dorados y perfectos se esparcieron por el colchón—. Solo tú y yo. Algún bar tranquilo, bailaremos y volveremos a mi casa temprano.

shameless ;  ❪   tom kaulitz.   ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora