❪ 𝟎𝟏 ❫

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CAPÍTULO UNO| GEMELOS KAULITZ !



EMMA.

Me gustaría saber el momento exacto en que mis fines de semanas pasaron de tener que estudiar para exámenes finales a cuidar a dos veinteañeros y preocuparme por ellos si salían y no respondían mis mensajes. Supongo que para ser específicos, desde que me gradué que mi vida se convirtió en esto. Antes no tenía el tiempo suficiente, pero desde que estaba de vacaciones realmente no sabía que hacer con para entretenerme.

En dos meses empezaría la Universidad y estaba demasiado nerviosa. Me costó mucho decidir lo que estudiaría ya que hey, apenas cumplí los dieciocho. ¿Cómo mierda podría saber a que quería dedicarme el resto de mi vida si todavía tengo problemas para usar el horno?

Por un lado fue para evitar la realidad, creo. Mi papá quería que estudiara una carrera de ciencias exactas, es decir, no me obligaba pero sabía que dentro suyo deseaba que su única hija siguiera sus pasos. En leyes, en medicina, con contaduría, administración o una mierda así. Intenté que algo de eso me gustara, lo intenté demasiado. Me vi películas de todo tipo, leí cantidades de libros inimaginables pero no había caso.

A mí lo que le gustaba era el arte.

Era la pintura, los lienzos, los pinceles, expresar mis sentimientos con dibujos, era la música. Era lo único que podía hacerme sentir bien, libre, yo misma. No quería forzarme a dedicar cinco o seis años, incluso más, a algo que no me llenaba y me iba a hacer infeliz.

La charla con mi padre no fue fácil. En lo absoluto. No era malo, solo que yo estaba aterrorizada con su reacción y es por eso que me costó tanto poder decírselo. Al principio no contestó nada, se quedó recalculando mis palabras pero terminó aceptándolo, con la excusa que ya se lo imaginaba. Me conocía demasiado pero que de todas formas me apoyaba en lo que sea que quisiera hacer. Eso fue un alivio, como si quitaran una mochila de treinta kilos de mi espalda.

Solo quedó presentar unos trabajos a la Universidad y hacer un examen de ingreso el cual aprobé y los últimos trámites de la matrícula los finalicé hace una semana recién.

Era loco, pasaba de tener un año medianamente tranquilo en la preparatoria y ahora estaba a punto de convertirme en adulta. ¿Quién lo diría? yo aún me sentía de quince años.

Pero bueno, lo que realmente importa ahora mismo es que eran apenas las diez de la mañana cuando salí de mi casa el domingo. Una sonrisa resplandeciente dibujada en mi rostro, y el mejor humor que podía tener, justamente, un domingo a las diez de la mañana. Pasé por mi cafetería favorita y compré algunas cosas que me serían de ayuda para revivir a dos cuerpos.

A ver, no literal claro está. Pero casi.

Aunque creo que a mí con un buen café me podrían traer de la muerte. Tenía una grave obsesión con esa bebida.

La cosa es que mis amigos habían salido de fiesta la noche anterior y a pesar de que me invitaron, preferí no acompañarlos. Estaba en mis días, mal humorada, incómoda y el plan de verme toda la saga de Scream con el pijama me llamaba más que ir a una fiesta.

No es que no me gustara salir, al contrario, lo disfrutaba mucho. Pero solo cuando realmente tenía ganas de hacerlo, sino lo pasaba muy mal. Es por eso que decliné la oferta amablemente.

Así que como la buena persona que soy, decidí ir a su casa con el desayuno y claro, mi hermosa presencia por supuesto. Imaginaba que esa casa sería un desorden monumental. 

Luego de comprar las provisiones necesarias, redirigí mi camino hasta mi próximo destino, no me quedaba muy lejos. La suerte es que tenía ganas de caminar y eso no pasaba a menudo, casi nunca de hecho. Pero aún no había sacado mi licencia.

shameless ;  ❪   tom kaulitz.   ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora