shameless ; ❪ tom kaulitz. ❫

❪ 𝟑𝟑 ❫

CAPÍTULO TREINTA Y TRES | PAIN OF
LOVE !

EMMA

La semana que pasó fue patéticamente atareada, pero por fin estoy al día con la Universidad, o algo así, creo que nunca se está al día en un cien por ciento pero mejor que lo que tenía cuando llegué de Taiwán era. Las clases comenzaban a ser un poquito más pesadas a medida que íbamos avanzando pero aún así me tenía encantada, cada cosa nueva que aprendía era fantástico. Sin contar lo mucho que me frustro en los trabajos pero meh, es parte de la vida.

Vi a Lexi y a los chicos en algunos ensayos de ellos, solo que como estuvieron trabajando con la nueva canción tenían horas extras a las cuales a veces podía asistir y otras debía irme. Por suerte al resto de la banda les gustó mucho la canción y la idea que tuvimos (para ellos la idea de Bill) para la presentación que si viene al caso, era esta misma noche.

En medio de los descansos de los ensayos con Tom nos escapábamos para besuquearnos como si fuéramos dos adolescentes en la escuela, porque sino luego Bill me regañaba con que lo distraía o regañaba a Tom por no prestar atención por estar mirándome, así que inventábamos una excusa que ninguno se creía pero pretendían que sí. Era gracioso hasta cierto punto, hasta que una vez nos escondimos en el baño y Gustav entró sin querer.

Fue muy vergonzoso por cierto.

El día de los premios los chicos estaban muy ansiosos, no tanto por la nominación en sí, sino por tocar y por la fiesta que se haría luego con todos los artistas invitados. Hace tanto no salía de fiesta que ya olvidaba lo que se sentía.

Alma de vieja, cuerpo de joven.

Bueno... lo de cuerpo de joven es algo cuestionable, últimamente tengo unos dolores de espalda que mejor ni te cuento.

Pero bueno, el caso es que Alexa y yo nos prepararíamos en mi casa para que luego los chicos pasaran por nosotras. Iríamos en dos autos porque, en palabras exactas, Tom me dijo que igual y se quería ir antes de la fiesta por lo que prefería llevar su auto si o si.

Por mi parte también puedo decir que estoy muy nerviosa, porque Bill no había parado de repetirme toda la semana (de manera verbal, escrita, gestual, señales de humo y cualquier medio de comunicación existente) que no me olvidara acerca de nuestro trato. Que si ellos ganaban, me daría los créditos de la canción y la idea de la presentación en la que estuvimos trabajando. Y esa modestia que tuvo para convencerme sobre competimos con buenos artistas, se fue por el escusado una vez que acepté el acuerdo. Era algo similar a la escena en donde Rumpelstinski le hace firmar el contrato a Shrek y una vez que lo hace, se escapa como rata de alcantarilla. Bueno, ese es Bill.

— ¿Ya sabes que te vas a poner? —la dulce voz de Lexi resonó por mis oídos, provocando que dejara de observar el maquillaje que trajo, para mirarla a ella. Se encontraba tirada en mi cama con el cabello aún húmedo, se había bañado minutos antes que yo y ahí se había quedado.

— Sí... de hecho sí —admití con una sonrisa, para abrir mi armario y sacar la percha donde se encontraba el vestido que Tom me compró esa vez. Lo posé por encima de mi bata de baño para que lo observara—. ¿Qué opinas?

— Que como te pongas eso tendrás de baboso a Tom y a todos los chicos de Alemania —aseguró con una sonrisa malévola en su rostro, que contrarrestaba con su angelical rostro—. Debes usar esa arma mortal.