❪ 𝟏𝟑 ❫

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CAPÍTULO TRECE| BENDITO TRAJE DE BAÑO !

EMMA






Lexi y yo fuimos las primeras en llegar a la quinta en donde celebraríamos el cumpleaños de Georg. Al final tuvimos un pequeño cambio de planes en cuánto a la locación ya que ella recordó que su padre tenía esa quinta para vacacionar o pasar fines de semana, a media hora de la ciudad y sería mejor que hacerlo en su casa, después de todo había menos cosas por romper.

El lugar era precioso, con una arboleda y césped perfectamente cortado, era una amplia vista de naturaleza verdosa que lo hacía mucho más especial y único. Tenía una enorme piscina junto con un jacuzzi del otro lado, sillas playeras alrededor con sus respectivas sombrillas, un cobertizo abierto para la barra en donde se harían las bebidas y sillones por todas las hectáreas. Era realmente perfecto.

No nos tardamos en comenzar a dejar todo ordenado ya que hacía unas semanas nadie de la familia estaba allí y aparte debíamos decorar un poco con algunas cosas que compramos de camino hasta aquí. Gustav ya se encontraba con Georg distrayéndolo, y los otros dos pasaron a buscar el pastel. Dudamos fervientemente en darles esa tarea, la última vez que lo hicieron fue para el cumpleaños de Gustav y tuvimos que salir a comprar otro a último momento porque lo trajeron completamente destruido, pero según ellos serían cuidadosos y debíamos tener confianza.

Dioso...

— ¿Qué haremos si no llega a salvo? —inquirió Lexi, concentrada en acomodar la mesa de madera en donde pondríamos algunos bocadillos y el aclamado pastel de chocolate que tanto le gustaba a Georg. Encima de la misma habíamos colocado un hermoso mantel blanco y canastitas para poner los snacks.

— Tengo un plan B, claramente —contesté sacando de la bolsa el paquete de globos, las velas, una cortina de oropel para pegar en la pared y poder tomarnos fotos lindas, y unos banderines. La perfecta ceja de Lexi se enarcó en mi dirección, como si no creyera lo que estaba diciendo.

— ¿Lo tienes? —espetó incrédula, alisando el mantel y cerciorándose que de ambos lados de la mesa cayera la misma cantidad de tela y no más en uno que del otro.

— Por supuesto —confirmé, con una sonrisa orgullosa —. La amiga de Anna tiene una pastelería, y en caso de que el que encargamos no llegue... —hice un ademán con mi mano derecha—. Ella nos traerá otro. No hay problemas.

— Lo tienes todo pensado, ¿no es así? —mencionó, dándome una sonrisa ladina. Amarró su dorado cabello en un moño desordenado con unas pinzas que traía abrochadas en el dobladillo de su jean.

— Que decirte, soy una mujer precavida —aseguré soltando una risita divertida. Era una ocasión especial, nada podía fallar y como con mis amigos las cosas... bueno, tienden a salir mal, no podía dejar todo en manos del destino. Las cosas debían estar bajo control.

Bajo mi control en lo posible.

— Bien, iré a buscar las bebidas en la heladera de adentro para traerlas a las de aquí —asentí de acuerdo con su plan—. ¿Podrás colgar los banderines?

— ¿Por quién me tomas? —coloqué una mano en mi pecho, abriendo la boca con indignación. Lexi ladeó su cabeza, como si mi respuesta no fuera suficiente para ella —. ¡Por supuesto que puedo!

— Solo quería asegurarme —alzó sus manos en señal de paz, para luego caminar hacia dentro de la casa—. ¡Ten cuidado!

Ten cuidado... como si no pudiera hacer una simple tarea por mí misma. Puse los ojos en blanco y acerqué un banquito a la pared para aumentar mi altura y pegar los banderines con mayor comodidad.

shameless ;  ❪   tom kaulitz.   ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora