shameless ; ❪ tom kaulitz. ❫

❪ 𝟑𝟒 ❫

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO | SER TUYO !

este capítulo contendrá una escena +18,
les aviso en que momento por si
no les interesa leerlo.

EMMA

El lugar donde se haría la fiesta no quedaba muy lejos de donde vivimos, así que cuando terminó el evento no tardamos mucho en llegar. Se trataba de una enorme y lujosa discoteca en donde solo asistían los artistas e invitados de ellos por lo que era bastante exclusivo.

La música resonaba en los parlantes desde el primer momento en que pisamos el espacio, y el juego de luces junto con el olor a cigarrillo me mareó un poco debo admitir.

Caminamos en busca de una mesa en donde pudiéramos sentarnos mientras Tom me sostenía de la cintura, y sin intenciones de liberarme observaba todo a su alrededor.

— ¡Quiero emborracharme hasta perder la consciencia! —pidió Bill a los gritos, haciéndome reír. No estaba en mis planes beber mucho la verdad y sabía que Tom tampoco porque debía manejar a la vuelta así que más le convenía no hacerlo porque no le dejaría agarrar las llaves de ese auto.

En cuánto encontramos una mesa los cuatro nos sentamos excepto Gustav y Georg que irían en busca de alcohol para saciar esos sedientos cuerpos que querían emborracharse.

— Fue una linda noche, ¿verdad? —pregunté observando a Lexi y a Bill con una sonrisa, en lo que Tom depositaba un suave beso en mi mejilla aprovechando que estaba sentado al lado mío.

— Sí, sí. Muy linda —confirmó mi mejor amigo, dándome la razón. Estaba algo tenso, cosa que me hizo fruncir el ceño debido a que hasta hace cinco segundos poco y más y no lloraba de la alegría por el simple hecho de estar vivo.

— ¿Viste lo linda que estaba vestida Helene Fischer? —le cuestioné a Alexa, que tenía la mirada algo perdida en el lugar donde nos encontrábamos. Fruncí el ceño—. ¿Lexi?

Sacudió la cabeza para prestarme atención:—. ¿Sí? Perdón.

— Que si... —la voz de Georg interrumpió lo que iba a decir, dejando una botella de champagne en medio de la mesa con una sonrisa satisfactoria.

— A brindar —pidió, mientras Gus apoyaba cuidadosamente todas las copas que había traído ve tú a saber como.

Bill fue el designado a abrir la botella porque la última vez que Georg lo hizo casi le saca un ojo a Tom, literal. Y una vez que lo hizo, sirvió el espumante uno por uno.

— Por nosotros —habló Gus, alzando su copa, pronto los cinco nos unimos a él, y las chocamos en el típico brindis para darle un trago. Hacía mucho no bebía un champagne y déjenme decirles que este tenía un terrible sabor a bebida costosa. No sé como explicarlo.

Estuvimos bebiendo un rato y conversando de la velada, hasta que la música cambió rotundamente a algo más movidito. Creo que era reggaeton pero no podía asegurarlo, solo sabía que me hacía mover mis caderas casi inconscientemente.

— ¿Vamos? —me miró Lexi como petición, ya me conocía y yo a ella. No podíamos estar en una discoteca sin bailar por mucho tiempo.

— Bien —accedí girando la cabeza para encontrarme con los brillantes ojos de Tom, él me sonrió cuando me acerqué para depositar un beso en sus labios—. Luego vengan.