shameless ; ❪ tom kaulitz. ❫

❪ 𝟐𝟖 ❫

CAPÍTULO VEINTIOCHO | VIAJE A TAIWÁN PARTE 2 !

EMMA

Me doy un vistazo en el espejo para asegurarme acerca de la ropa que decidí usar. No era nada del otro mundo, un vestido cómodo azul marino, con estampa de flores y un poco de escote pero no demasiado. Era bastante sutil.

Habíamos vuelto de la prueba de sonido de los chicos no hace mucho, yo todavía no les había dicho que saldría de nuevo con Patrick, pues estaba evitándolo un poco. No voy a mentir.

Lo único que faltaba era que los gemelos me siguieran por todo Taiwán para ver que hacía con el rubio. Que fastidio.

Estuve hablando con Lexi acerca de esta segunda cita, como que a último momento me estuve arrepintiendo, no sé bien porqué. Mis sentimientos son muy confusos, y no porque haya empezado a gustarme Patrick sino que creo que estoy verdaderamente forzándome a sentir algo por él para olvidarme de Tom y no era justo. Estaba siendo una completa perra por eso, pero no era a propósito. No quería lastimarlo. Porque es tan bueno, amable, cariñoso, atento y yo solo... sigo enamorada de alguien que no me corresponde y quizás nunca lo haga.

Que perra es la vida, parte mil trescientos.

Pero Lexi me dijo que no lo pensara tanto, que solo saliera con él para recorrer el lugar, comer algo delicioso y ser sincera por sobre todas las cosas. Dejarle en claro si mis intenciones eran solo una amistad, o acerca de que siento cosas por alguien más, lo que sea pero que no le de falsas esperanzas si inconscientemente sé que no va a pasar. Y me pareció lo más lógico la verdad.

Abrí la puerta para dirigirme al lobby en donde había dejado unos aretes que iban perfectamente para la ocasión pero me sobresalté del susto al notar cuatro figuras ocupando el sofá.

¿En qué lo momento habían llegado?

Ni siquiera los había escuchado así que supongo que fue cuando me bañaba, pero lo más preocupante aquí era cómo habían entrado.

— Jodida mierda —me quejé, colocando una mano sobre mi pecho, con nerviosismo. Ellos me observaron con una sonrisa divertida—. ¿Qué hacen aquí?

— Es que ya te extrañábamos, Emmaaa —Bill alargó mi nombre en su explicación, pero al observarme bien enarcó una ceja en mi dirección—. ¿Sales?

— Eh... sí —Gustav y Georg hicieron unos sonidos extraños como ¡Uhhh! y aunque me quise reír, debía encontrar los jodidos pendientes porque se me estaba haciendo tarde.

— ¿Con Pau- Patrick? —quiso saber el rubio, una vez que terminaron con su momento de demencia y yo me dirigí al pequeño mueble en donde dejé parte de mi joyería.

Espero que estén ahí porque como los perdiera...

— ¿Y con quién más sino, Gustav? —respondió Georg obvio—. ¿Necesitas condones, Emma?

¡Ahí estaban! Los agarré con felicidad por no haberlos perdido y giré mi cabeza para mirarlos, ya que esperaban una respuesta de algo que no llegué a escuchar:—. ¿Qué?

— Que si necesitas condones —repuso Bill, con una sonrisa divertida, acomodando su largo cabello.

— ¿Por qué habría de necesitarlos?