❪ 𝟐𝟐 ❫

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CAPÍTULO VEINTIDÓS | BIENVENIDO
AL EQUIPO !

EMMA

Georg y Gustav se daban una mirada, luego me observaban a mí y finalmente sus dos pares de ojos posaban en Bill y Tom, quiénes estaban sentados juntos. Así repetidas veces, ninguno sabía que decir y por cierta parte era lo mejor.

Mi trasero estaba apoyado en una especie de mueble al lado de la ventana en donde me daba justo los débiles rayos solares, mientras hacía mi deber de Dibujo Técnico. Tarareo una melodía como si nadie estuviera acompañándome aunque de reojo podía notar la manera en que todos se sentían extremadamente incómodos.

Pero bueno, no es mi culpa.

Era lunes. Ellos tenían ensayo y a pesar de todavía no haber hablado con los gemelos, decidí acompañarlos. Solo que le pedí a Gus que pasara por mí a la Universidad, le pareció raro claro pero no hizo preguntas al respecto cosa que agradecí profundamente.

¿Estaba siendo exagerada? Quizás, un poco.

¿Iba a dar el primer paso? Soy terca como una mula, así que pues no.

Aunque me declaro un poquito culpable ya que Bill me estuvo escribiendo el domingo y no le contesté, me sentía muy traicionada no me juzguen. Es como si el mismísimo Judas hubiese reencarnado en mi mejor amigo.

— ¿Qué hicieron el fin de semana? —cuestionó Gus, tratando de romper un poco el hielo.

Yo continué trazando las líneas del dibujo con mi lápiz, y sin despegar la vista de la hoja respondí:—. Oh, dejaré que ellos respondan por mí, saben lo que he hecho. ¿Por qué no los iluminan?

Gustav hizo una mueca con su boca, sin saber muy bien el porqué de mi respuesta a la defensiva, ni el porqué de repente parecía querer atravesarles el cuello con el bolígrafo.

— Pues perdón si no nos mentimos a la cara entre nosotros —musito un malhumorado Tom, provocando que soltara rápidamente el lápiz y dirigiéndole una mirada furiosa.

— Ay, no... —susurró Gus, parándose detrás de Georg completamente aterrado.

— ¿Disculpa? —pronuncio incrédula. Noté como Bill le negaba a su hermano, como pidiéndole que cerrara la boca—. Y todavía me culpas a mí.

— ¡Pues si hubieses ido con la verdad nada de esto hubiera pasado! —insistió con molestia. Su ceño estaba fruncido y apretaba la mandíbula. Si no estuviese tan enojada con él ahora mismo diría que luce demasiado lindo haciendo eso.

— ¿Por qué te importa tanto, de todas maneras? —pregunté exaltada. Tom muchas veces lograba sacarme de quicio porque sabía exactamente como hacerlo y a veces sentía que lo hacía a propósito —. ¡Yo no he criticado a ninguna de las mujeres con las que has estado! ¡Ni siquiera con esa que te robó!

Escuché como Gus susurraba un esa fue la peor. Pero nadie se detuvo en su comentario.

— ¡Pero yo no he criticado tu cita! —de repente era una guerra entre ambos. Nada de Bill, nada de Georg y nada de Gustav.

Sentía mis mejillas arder, pero a diferencia de otras veces de las que hablaba por Tom, era del enojo que me cargaba. Tensé la mandíbula también porque debía descargar mi fuerza con algo si no quería ir presa por asfixiarlo con el cojín del sofá.

shameless ;  ❪   tom kaulitz.   ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora