12. Un vistazo de cerca

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CAPÍTULO 12:

12. Un vistazo de cerca.

Calum y Dylan estaban sentados enfrentados en una mesa de un restaurante de comida italiana en el centro de Madison. Había bastante gente pero nadie parecía reconocer a ninguno de los dos. Dylan nunca había venido a ese lugar, se recorrió la ciudad de Madison miles de veces pero no básicamente para pasar el rato, sino para acompañar a Jordan en sus "negocios". Dylan no entendía por qué salió de Mazomanie si podían comer espagueti en cualquier bar de allí o incluso poder cocinar en su casa o en el apartamento de Calum, pero él insistió a que tenían que salir del pueblo y pasarla mejor en otro lado. A pesar de que ya era mediodía, hacía frío, a Dylan no le podía traer más recuerdos el frío de otoño. Ambos rieron hasta que la camarera les trajo el pedido, a Dylan le agradaba su compañía, no era tan reconfortante como la de Jordan pero se sentía contenta por tener a alguien con quien hablar y salir.

-Esta madrugada tenemos planes. -pronunció Dylan casi terminando el plato.

-¿Disculpa? -él enarcó una ceja y ella rió entre dientes.

-Dije, que esta madrugada tú y yo tenemos planes. -dijo con lentitud remarcando cada palabra.

-¿Cuáles son tus intenciones, señorita Rääk? -Calum respondió con un acento seductor sarcástico.

-Podremos el plan en marcha, quiero empezar cuanto antes. -ella tomó de su vaso con Coca-Cola sin despegar los ojos de él.

-No quedará muy bonito que vayamos a robar un rifle a la madrugada en un pueblo pequeño. -se justifica con una media sonrisa.

-Es que ese horario es perfecto ya que ninguna de las dos van a estar, se perfectamente dónde están las cosas y será rápido, además a la madrugada no hay nadie en las calles, nadie nos verá salir de ahí con un arma.

-¿Estás segura de lo que haces, Dylan? -preguntó el chico de ojos oscuros dudoso.

-Más que segura, no es la primera vez que entre a su casa a hurtadillas. -Dylan sonrió para sí misma cuando recordó los motivos por los que entraba o salía de la casa de su tía.

Recordó la primera. Sintió como los latidos de su corazón aumentaban, por un momento se perdió en los ojos de Calum y no pudo evitar compararlos con los de Jordan. Últimamente estaba pensando mucho en él, más de lo que debería. Jordan había dejado una marca en su corazón, una que sabía que iba a ser imposible borrar.

Mazomanie, 13 de noviembre de 2011

Dylan estaba sentada sobre el césped húmedo frente una lápida en el cementerio. Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo había pasado ahí, ¿treinta minutos? ¿una hora? ¿dos horas? A ella simplemente no le importaba cuanto tiempo pasaba en ese lugar, se colocaba los auriculares y miraba la lápida hasta que se cansaba de retener las lágrimas y dejarlas recorrer sus mejillas. Le gustaba pasar tiempo allí sola sin tener que pensar en nadie más, hablar con esa persona que ya no está y en su lugar hay huesos a tres metros bajo tierra, o simplemente escuchar música y pensar en ella. Era el único momento en que estaba tranquila, sin preocuparse en nadie más.

De pronto siente que alguien toma asiento a su lado de la misma forma en que ella está sentada, con las piernas cruzadas mirando al frente. No escuchó nada ya que estaba escuchando la letra de Mockingbird de Eminem resonando en sus oídos, de alguna forma ese tema hacía que finalmente las lágrimas salieran, pero antes de hacerlo vio dos piernas largas a su derecha. Jeans negros ajustados y borcegos del mismo color. Levantó la vista y miró a la persona que se había sentado a su lado, nunca nadie se le había acercado, mucho menos sentarse a su lado. Cuando finalmente encontró el rostro del muchacho que había conocido hacía un par de meses. Ella se sacó un auricular y no le sacó los ojos de encima.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora