Addicted [l.r.h.] #1

34. Piezas que faltan

CAPÍTULO 34:

34. Piezas que faltan

—De todas formas otras veces no me fue muy bien. —Dylan seguía hablando con Luke mientras él sostenía el hielo sobre su boca— Esa chica no tenía idea de lo que era una verdadera pelea, básicamente yo tampoco y en una de las que me metí terminé con un poco menos de cabello y un buen golpe en las costillas.

Luke la miraba sorprendido. Siempre supo que ella se había metido en un lugar peligroso y la gente que estaba alrededor de ella no era nada fácil de manejar, pero ella nunca había ido con una sola marca a la escuela, por lo menos no en el rostro. No pensó que era de la clase de persona que le gustara la pelea.

—¿Un chico te hizo eso? —él preguntó indignado.

—Biológicamente era una mujer pero su voz parecía demostrar lo contrario. —Dylan rió y Luke la acompañó con una sonrisa.

—¿También te peleaste por Jordan? —Luke preguntó con curiosidad además de que le sonó extraño decir su nombre en una charla como esa. Había algo en ella que le llamaba mucho la atención.

—No, esa chica no me quería en su territorio y cuando hablo de territorio se refería a su pandilla. —ella replicó recordando aquel día. Había sido uno de los más duros ya que después de ligar varios golpes, Jordan tuvo que decirle la verdad y hacer que tomara una decisión que cambiaría su vida para siempre.

—Yo creo que eran celos —él opinó en voz alta—, las mujeres usualmente pelean por eso.

—Cuando estás en esa clase de negocios lo que menos te preocupan son los celos, Luke. —ella toma un tono más serio— Se supone que cuando entras debes renunciar a todo, y el amor está entre ellos.

—Parece que tú no pudiste renunciar a eso. —Luke dijo casi involuntariamente y se arrepintió de hacerlo.

—Yo no sabía en qué me había metido realmente hasta ese día cuando esa chica me acusó, no confiaba en mí y me quería poner a prueba. —ella siguió relatando perdida en sus propios recuerdos.

—¿A qué te refieres? —Luke tenía ganas de escuchar más, no entendía el por qué sentía ese impulso a querer saber más de ella.

—Yo no sabía en qué estaba implicado Jordan y él no le había dicho a nadie que yo no sabía nada. —Dylan se descalzó y subió sus pies arriba del sofá abrazando sus rodillas— Me acusó cuando Jordan no estaba, me dijo que yo me hacía la tonta pero sabía muy bien lo que estaba pasando y también por qué yo estaba allí. Me dijo que era de esa clase de zorras que espían para los otros, para sacar información y que yo básicamente ya tenía todo para hacerlos caer.

»Yo me sentía completamente fuera de lugar y todos ahí dentro me miraban. Evan saltó a defenderme y dijo que si Jordan me había llevado con ellos es porque había motivo para hacerlo, yo me sentía más confundida que nunca. Fue entonces cuando la chica me provocó y me dijo que iba a recibir una paliza que no me iba a reconocer cuando terminara conmigo. Tenía miedo, ella era más alta y más grandota que yo, por más de que yo sepa defenderme seguramente ella tenía más fuerza. Fue entonces cuando se abalanzó sobre mí, me jaló el cabello y me hizo golpear la cabeza contra la pared, cuando caí al suelo y decidí levantarme no me iba a quedar atrás, si me dejaba golpear me iba a ir peor. Me dolía mucho la cabeza, había sentido que me había arrancado unos mechones de pelo y no iba a permitir dejar las cosas así.

»Evan quiso interferir pero básicamente era el único que estaba de mi lado. Logre golpear a la chica un par de veces y repeler algunos golpes pero cuando me pegó en las costillas no daba más del dolor. Me había quedado sin aire, y te juro que pensé que si me movía podría quebrármela. Escuché una voz de fondo que decía "Rita, para, vas a matarla, no la toques hasta que vuelva Jordan porque serás tú la que acarreará las consecuencias", puedo jurar que nunca pensé que nadie haría nada sabiendo que esa chica tenía la voluntad y la fuerza para matarme. Evan se acercó a mí y me preguntó como estaba, le dije que se alejara un poco para darme más aire y después le gritó a la chica que era una imbécil por hacer lo que hizo. Allí fue cuando escuché el nombre de los lobos y no como si fuera algo ajeno a mí, fue entonces cuando me di cuenta que estaba en medio de la manada.