38. Bajo tensión

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CAPÍTULO 38:

38. Bajo tensión

El lunes había llegado más pronto de lo esperado. Dylan estuvo casi todo el fin de semana aislada de todos. Después del corto encuentro con Luke, se pasó el resto del día y el domingo sola. Sintió que no necesitaba la compañía de nadie, simplemente quería meditar todo lo ocurrido. Habían pasado demasiadas cosas en poco tiempo y tenía que organizar un poco sus idea y también idear cual iba a ser su próximo paso. Le había prometido a Luke seguir con lo que habían acordado en un principio y además, una vez que le habían entrado tantas dudas, no iba a quedar atrás.

Al levantarse de la cama, Dylan volvió a ver los jeans que Luke le había regalado hacía un par de días. Todavía no se los había medido y aprovechó la ocasión para probárselos. Como solamente tenía la remara del pijama, se puso los pantalones y le sorprendió el hecho de que le queden perfectos. Era justamente su talla a pesar de que ella los veía más pequeños. Le había costado un poco ponérselos pero una vez puestos se dio cuenta de que no eran tan incómodos como lo aparentaban. Se miró en el espejo y aparentemente Luke tenía razón diciendo que aquellos jeans iban a quedarle bien, sus piernas son delgadas pero no demasiado. Se sentía algo rara con el trasero tan apretado pero cuando le echó un vistazo pensó que no se veía nada mal. No gastó un segundo más. Quitó la etiqueta de los jeans y se sacó la remera de dormir para ponerse el sostén y después una musculosa blanca seguida de un pulóver amplio de color azul Francia. Como no se iba a acostumbrar tan rápidamente a esos pantalones, decidió ponerse algo largo que le cubriera parte de sus piernas. Tomó una campera y se hizo su propio desayuno.

Dylan apenas se había acostumbrado a vivir completamente sola. Todavía tenía que pagar el alquiler y hacer las compras que pretendía realizar después de cobrar su primer sueldo. Ya tenía un monto de dinero a causa de los dos días de caza con Calum pero no le alcanzaba aun y prefería cubrir otra clase de gastos con ese dinero.

Dylan volvió a agarrar su vieja bicicleta para llegar al colegio, todavía era temprano y quiso tomarse su tiempo. Al llegar no vio ninguna señal de Calum, incluso no había visto su auto en el estacionamiento. Caminó sola por los pasillos para dirigirse al aula que le tocaba a primera hora. Era de lo más normal no ver a nadie en el salón a esa hora, ni los más aplicados llegaban tan temprano. Ella se acomodó en su silla para seguir con unos ejercicios de matemática pero antes de que apoyara el lápiz en el papel, una mano grande fue apoyada con un poco de brusquedad sobre el banco.

—¿Qué te ha traído por aquí tan temprano, Rääk?

Dylan levantó la vista y se encontró con aquel chico que la había encarado hacía unos días. Qué él se acerque a hablarle no era nada bueno, por lo menos lo único que conseguía era molestarla.

—Simplemente me levanté más temprano. —ella respondió sin levantar el tono— ¿Qué quieres?

—Solo vengo a hacerte algunas preguntas. —Ashton agarró la silla que estaba adelante su pupitre y la dio vuelta para sentarse en frente de ella— ¿Sabes cuál es la única respuesta que tengo cuando encuentro a mi amigo con un moretón en la boca despidiendo un olor a porro infernal?

Él se había acercado a ella sobre el banco. Dylan tragó salida y se alarmó.

—¿Amigo? —ella fingió estar confundida aunque sabía exactamente a quién se refería.

—Vamos, Dylan, no te hagas la tontita. —él sonrió de lado desafiándola— Respondiendo a mí misma pregunta, eres tú la única cosa que se me viene por la cabeza.

—Disculpa pero no sé de qué diablos estás hablando. —ella no creía que Luke le diga a Ashton lo que estuvo pasando entre ellos los últimos días, además, eso supuestamente era algo que tenía que estar específicamente oculto para él.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora