59. Cicatrices

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CAPÍTULO 59:

59. Cicatrices

Mazomanie, 25 de diciembre de 2013

Dylan ya estaba acostumbrada a pasar las fiestas de invierno completamente sola, por lo menos después de volver a Wisconsin. Jordan le había dicho que tenía un viaje de urgencia y que volvería la noche después de navidad si quería hacerlo en el menor tiempo posible. Ella no tuvo otra que aceptar, los negocios estaban antes que una estúpida fiesta de algo que ya casi ni creía. Estuvo encerrada en el apartamento de ambos durante tres días, sola, sin nadie a quien recurrir. Desde que empezaron las vacaciones de invierno ni siquiera vio a Nessa, por lo menos tendría a alguien con quien hablar. Estando tan aislada de todos no tenía acceso a conseguir lo que su cuerpo necesitaba, eran tres días en los que su cuerpo pedía a gritos consumir drogas, nunca había sentido tan fuerte aquella necesidad, era como si la abstinencia la estuviera consumiendo por dentro. Ya no le quedaba mucho dinero, la última noche se le había sido imposible dormir, necesitaba saciar su cuerpo con urgencia. Salió de su apartamento con los cuarenta dólares que le quedaban hacia el extremo sur del pueblo, la nieve recorría las calles, el frío viento chocaba contra su cuerpo haciéndola tiritar del frío pero no le importó. Parecía como si hubiese caminado por horas, no dejaba de temblar, sus manos estaban rojas al igual que su nariz y las mejillas. Cuando finalmente llegó su destino, tocó la puerta de una vieja casa y después de unos segundos, un chico que le resultaba familiar abrió la puerta.

-Miren a quien tenemos por aquí. -mencionó el muchacho con un media sonrisa.

-¿Vas a burlarte de mí o vas a atenderme? -ella respondió de mala gana, nunca pensó en recurrir a esa persona pero no tenía más remedio.

-¿Qué es lo que quieres? -el muchacho tampoco tenía muchas intensiones de tratarla bien.

-¿Tienes cocaína? -fue bastante directa. Se sentía débil y totalmente tentada.

-¿Quieres unirte al club? -el chico respondió tomándole el pelo- Parece que la chiquita rubia tenía razón.

-Me importa una mierda lo que hay dicho ella -dijo con aún más mal humor-, ¿tienes cocaína o no?

-¿Cuánto tienes? -preguntó esta vez tomándose el tema en serio.

-Solo tengo cuarenta, aunque se con un poco me basta.

El muchacho pudo notar en su rostro esa necesidad de consumir y sonrió de lado.

-No tengo una muy buena pero por cuarenta tendrás para rato. -el chico mencionó mientras ella seguía afuera.

-Por mí está bien. -ella aceptó.

-Pasa, voy a buscarla. -Dylan no dudó en entrar, se estaba muriendo de frío ahí afuera y el chico se había corrido de la puerta para buscar algo en unos cajones que tenía en unos muebles de la sala de estar. Ella cerró la puerta y se abrazó sí misma- ¿Qué haces sola en navidad a estas horas dando vueltas por aquí?

-¿Te importa? -ella seguía manteniendo la misma postura.

-Podrías ser un poquito más educada conmigo, no suelo hacer esto y solo lo hago porque me das lástima y qué más da... hay que hacer caridad en navidad. -Dylan aguantó la bronca.

Conocía a ese chico de la escuela, era del último año y tenía la fama de drogadicto junto con sus amigos y Dylan sabía que a esos chicos les faltaba todo pero nunca las drogas. Ella también sabía que estaba vendiendo para alguien, pero el hecho de que lo sepa era algo confidencial.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora