51. La chica de la limonada

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CAPÍTULO 51:

51. La chica de la limonada

Madison, 7 de junio de 2013

Hacía tiempo que Dylan no la pasaba tan bien en su vida. No era fanática de las fiestas, mucho menos de las fiestas en las que Riley la invitaba. Muchas veces la dejaba sola porque se iba con muchachos más grandes y a ella le molestaba demasiado. Todo era diferente cuando salía con Jordan, nunca la dejaba sola. Si él no la acompañaba, siempre la dejaba con Evan o alguno de sus amigos, con ellos la pasaba muy bien. Esta vez, los cuatro amigos y Dylan fueron a festejar un buen negocio ganado en la última semana. Los lobos estaban ganando poder y no les venía mal a ninguno de ellos tomarse unas horas de recreación en un bar de Madison. Carter siempre dijo que era su preferido por la música, los tragos, por permitir drogas y también por las chicas bonitas. Dylan omitió sus comentarios pero tampoco le había tomado demasiada importancia, iba a pasar una noche con sus amigos un poco alejados de lo que era su nueva vida. Dylan y Jordan ya llevaban tres meses viviendo juntos y parecían llevarse de maravilla, era increíble como uno se acostumbraba al otro y también como ella se adaptaba a las reglas.

De todas formas, al estar todos juntos, los muchachos llamaban a Dylan como Mara. Sabían que allí dentro había gente que los conocían aunque eran los pocos, él único cliente frecuente del bar era Carter, los demás simplemente iban a conocer y a pasarla bien. Necesitaban una noche para ellos mismos y, según Carter, ese era el lugar perfecto.

Después de un par de tragos, Jordan llevó a Dylan a la pista de baile, nunca habían bailado juntos. La joven no quería hacerlo ya que se quejaba todo el tiempo de que era una pésima bailarina pero él no dejaba de insistir. Ella terminó cediendo y, como si fuera a propósito, No Diggity de Blackstreet comenzó a sonar y Dylan le lanzó una mirada acusadora a su novio.

—Esto es tu culpa, ¿cierto? —Dylan pregunta señalando hacia la cabina del DJ.

—Puede que haya pedido la canción pero no aseguro nada. —él levantó las manos como si fuera inocente y ella rió.

—Sabes que no puedo resistirme a esta canción. —ella comentó sobre su oreja, la música estaba muy fuerte y apenas podían escucharse.

—Entonces no te quedará otra que bailar. —Jordan le toma una mano y la da vuelta para que ella quede de espaldas a él.

—Ya te dije que no se bailar. —la muchacha de ojos grises vuelve a gritar en su oído y Jordan posa su otra mano en las caderas de ella.

—Te mueves de lado al ritmo de la música. —él mencionó mientras la apoyaba contra sí y movía sus caderas— Así, no es nada difícil.

—Creo que no coordino. —Dylan comentó riendo y él la atrajo aún más a su cuerpo.

—¿Qué clase de latina no sabe mover las caderas? —Jordan comentó en tono de broma— No puedes ser la excepción, solo déjate llevar.

Eso fue lo que ella hizo. Escuchaba cada compás de la música y después de perderse en ella, su cuerpo se movía por sí solo. Nunca había dejado de sentir esa fuerte sensación en el estómago cuando estaba cerca de Jordan, mucho menos cuando sus cuerpos estaban tan pegados.

—¿Así está bien? —ella preguntó mientras seguía bailando.

—Así está perfecto. —él respondió en tono seductor y besó su cuello. Dylan se dio vuelta para quedar frente a él para besarlo, había sido un beso largo y profundo. A ninguno de los dos le importó estar entre tanta gente a pesar de que podría haber gente que podía reconocerlos, ella definitivamente sentía algo muy fuerte por él y no aguantaba más escondérselo— Y eso lo hace mucho más que perfecto.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora