41. Nessa

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CAPÍTULO 41:

41. Nessa

Dylan nunca se había sentido tan conmovida al percibir la angustia de alguien más. Siempre había visto a Hemmings como un chico lleno de vida, sin nada de qué preocuparse, alguien que tenía el plato servido en todos los casos y de lo único que se ocupaba era divertirse. Aparentemente, su vida había hecho un cambio de trescientos sesenta grados dejándolo con menos de la mitad que antes le pertenecía. Dylan, a lo largo de su vida, fue acostumbrándose a aquellos hechos desagradables que terminó aceptando, pero parece que para Luke en solo un día todo le había sido arrebatado y no sabía cómo vivir frente a ello.

Esperaron en la banquina de la carretera unos minutos más hasta que Luke se había calmado un poco. A ella le pareció bien que sacara afuera todo aquello que tenía adentro, en su momento, a Dylan le había servido muchísimo. El rubio todavía no se veía muy bien a pesar de que dejara de llorar y fue por eso que ella le ofreció quedarse un rato en su casa. Había dejado todo a medias y pensaba que tenía que decir un poco más, no solo para que él se sacara esa bronca, esa angustia que hacía tiempo que llevaba adentro, sino porque Dylan tenía muchas ganas de conocerlo mejor. Luke Hemmings se había convertido en una persona de sumo interés para ella. Tal vez porque hacía tiempo que no se llevaba fuertes sorpresas y él se haya convertido en una, o tal vez también era porque ella se podía ver a sí misma a través de él.

—¿Quieres algo caliente para tomar? —Dylan preguntó gentilmente. No estaba acostumbrada a llevar esa clase de situaciones, pero supuso que así le hubiera gustado que la tratasen cuando se sentía de esa manera.

—Suelo decirte que no pero puede que necesite algún té. —el rubio respondió sentado en el sofá que estaba en la pequeña sala de estar de Dylan.

—Está bien, ahora te preparo uno. —ella le dio una pequeña sonrisa y se dirigió a la cocina para calentar el agua y cada tanto miraba a su compañero que parecía no moverse de su lugar. Hubo un tranquilo silencio mientras Dylan preparaba el té, se hizo uno para ella también y llevó ambas tazas hacia donde estaba Luke y las apoyó en la mesa que estaba frente al sofá, Dylan se sentó a su lado— Aquí tienes, ya le puse azúcar.

—Gracias. —él agarró directamente la taza y bebió un poco de té dejándola nuevamente en su lugar mientras ella todavía tenía la taza en las manos mirándolo con atención. Luke se percató de su mirada y la miró— ¿Qué?

—¿Cómo te sientes? —ella pregunta con un tono de preocupación.

—No lo sé —él se encogió de hombros—, ¿cómo se supone que debería sentirme?

—Supongo que deberías sentirte bien. —ella lo mira a los ojos— Así es como debería sentirse todo el mundo, ¿no?

—Bueno, yo no me siento necesariamente bien. —el replica tomando la taza nuevamente.

—Deberías intentarlo —Dylan toma otro sorbo de té—, no puedes sentirte así por el resto de tu vida.

—¿Y cómo mierda lo hago? —preguntó casi pidiendo ayuda— No es nada fácil.

—Lo sé, pero una vez que empiezas, empiezas sabiendo que lo tienes perdido, no cuesta nada intentar ganar. ¿Entiendes lo que me refiero?

—Supongo que sí. —él la mira nuevamente e intenta sonreír pero no puede.

—Antes mencionaste que querías disculparte con alguien que ya no está —Dylan se sintió algo entrometida—. Sé que el asunto no me concierne pero me gustaría saber a qué te refieres, ya sabes que perdí a mucha gente y a pesar de eso, quisiera ayudarte.

En otro caso, Luke hubiera pensado que Dylan estaba bromeando con él y se hubiera ido por la misma puerta por la que entró pero Dylan tenía razón a lo que se refería antes. Él ya estaba perdido, seguir ocultando todo lo dejaba exactamente en el mismo lugar, hablar con ella era intentar retomar las cosas.

Addicted [l.r.h.] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora