¿por qué no puedes ver?

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Había mensajes de texto de su padre, pidiendo que contestará sus llamadas, bajo una excusa de urgencia.

Evidentemente no quería tener una conversación con ese hombre; estaba seguro que ya estaba por demás enterado de su relación con Guillermo.
Fue muy comentado.
No podía tapar el sol con un dedo, mucho menos a la vista de su padre y del resto de su familia.
Lo que hubieran visto u oído lo podían interpretar como más quisieran y no tenía el deber de aclarar o confirmar lo evidente, principalmente a su padre. Ya no era un niño para tener que explicar y justificar todas sus acciones.

Además, no saldría nada bueno de esa conversación por ende no era necesaria.
Lo dejó en visto, sin ningún tipo de remordimiento.

Necesitaba estar concentrado para su próximo partido, en el partido de Memo para apoyarlo y pensar cosas positivas además de prepararse para dar un paso más en su relación con respecto a su nuevo hogar.

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Regresaba tarde a casa, pero si estaba feliz, había válido la pena.

Una sonrisa radiante, típica de un adolescente ilusionado con su primer amor.
Era difícil olvidarlo, ¡de verdad!
Aunque su padre le hubiera prohibido volver a hablar con él, aunque lo hubiera cambiado de escuela para no cruzárselo, el chico no podía arrancárselo del pensamiento.

Tantas ganas de confesar su amor por aquel niño alfa con olor a mango.

Por los comentarios de su padre, entendía que los sentimientos por Edson no eran los correctos, pero si no eran correctos, ¿por qué los sentía?
Y mientras decidía si creer en su propio criterio o en el de su padre, decidió desgastar sus emociones en cartas no entregadas que de alguna forma le servían como desahogo; pensando en que, si se deshacía de todos sus sentimientos por escrito, desaparecerían pronto además, no encontró otra cosa mejor que hacer, no es como si tuviera a alguien de confianza con quien compartir su "secreto".
No, no estaba funcionando, al contrario. Sus palabras entorpecían si pensaba en él y cada vez sentía la necesidad de confesarse, aun si lo tuviera lejos.

Entonces ese día, donde el sol radiante quemaba y el calor era abrasador tomó la decisión, se armó de valor y corrió lo más rápido posible a su antigua escuela para confesarle a ese niño cuánto le gustaba. De todas las cartas que había escrito en todo ese tiempo tratando de describir lo a gusto que se sentía con él, la importancia de haberle enseñado a defenderse, su sonrisa, su llamativo aroma dulce y ácido, entre otras tantas cursilerías; eligió la más corta y menos cursi. A medio camino se echó para atrás y decidió no darle la carta pues se sintió tonto y la guardó en su mochila. En cuanto vio a Álvarez se saludaron, un choque de puños y un apretón de manos; una risa burlona del otro chico alfa por el aspecto de Rodrigo provocando un sonrojo violento que abrió paso a una confesión de golpe y recibió un rechazo, de igual forma, de golpe.

¿Cuántos otros lo rechazarían después?

Definitivamente no estaba preparado para eso. ¿Por qué no fue como en las películas o telenovelas?
Con madurez impresionante, Álvarez explicó su rechazo. Ambos eran alfas, él solo lo veía como un mejor amigo y otra cuestión de la cual decidió no contradecir para no hacer un berrinche porque le pareció injusto. ¿Por qué un alfa creía en "cuentos" para omegas? Edson era un par de años menor que él, no le quedo de otra que dejarlo fantasear con sus cosas de los destinados.