💘⟩ 33

56 12 5
                                    

Un rayo de luz se filtraba a través de las cortinas entreabiertas. Guillermo estaba justo frente a Hirving, la luz cálida se reflejaba justo en los ojos del alfa, provocando un ligero efecto claro y brillante en ellos.

La sensación de tranquilidad y satisfacción destaca en la habitación. Los ojos de ambos se encontraron aún somnolientos, pero rebosaban de ternura y amor; aquel brillo en sus ojos puede relatar cómo ambos se sienten tan afortunados por el simple hecho de despertar juntos.

Un tierno suspiro escapó de los labios de Guillermo quien buscó acurrucarse todavía más contra Hirving, buscando calor y seguridad en sus brazos.
Sin decir palabras, pero transmitiendo todo su amor pueden sentirse a través de las caricias como también por medio de los calmos y melodiosos latidos de sus corazones.

Los dedos de Hirving se deslizaron suavemente en los lindos rizos, luego su mano descendió hasta la mejilla de Memo y la acarició con ternura.

—Tus manos están frías, querido… —Murmuró el omega e inmediatamente colocó sus manos encima de las del alfa para poder regresarle esa calidez característica.

Con un gesto cariñoso, Hirving le agradeció por el gesto y poco después se limitó a sonreír de oreja a oreja.

Fue tan dulce.

Se veía radiante y Guillermo se lo hizo saber por medio de palabras cariñosas. Cerraron los ojos y se entregaron a un par de besos acaramelados y en medio de uno de sus besos más largos escuchó a lo lejos un sonido repetitivo.

Era su tono de llamada.

Y cuando se quejó por la interrupción, todo el fondo se desvaneció.








ㅤㅤ














ㅤㅤ






💘

El omega abrió los ojos, se sentó de golpe en la cama al escuchar el sonido del tono de su celular y se talló los ojos para espabilarse.

Esa imagen de Hirving y él había sido un sueño, menos mal había sido lindo y no una pesadilla.

Justo cuando estaba por levantarse para contestar, el tono se detuvo abruptamente y mientras intentaba liberarse de la comodidad de las sábanas trato de enfocar la vista a su costado.

—¿Hirving? —Soltó al aire y se sorprendió al ver el lado de la cama vacío, bueno, no tanto. El señor caballito de mar estaba ahí, pero no su alfa y le resultó extraño.

Luego de unos minutos se palmeó la frente cuando refrescó la memoria. Hirving y él planearon un itinerario, una de las primeras cosas que haría era ir temprano por el polvo para hornear.

Tomó su celular, dándose cuenta que tenía varias llamadas perdidas, algunas de sus compañeros de la Salernitana y unas de Hirving, les puso prioridad a las de este último, pero se dio cuenta que también le había dejado un mensaje y decidió leerlo.

«Amorcito te llamé pero no contestaste. Salí a comprar el polvo ese para las galletas…»

Debajo, otro mensaje con tres minutos de diferencia.

«Ocurrió un imprevisto entonces no creo llegar a tiempo al apartamento, pero seguimos con nuestro horario.
Nos vemos más tarde en tu club, te amo mucho 😘»

Cuando Guillermo terminó de leer el mensaje se percató de la hora, llevaba casi una hora y media de retraso para el entrenamiento.

—¡Carajo!

¿por qué no puedes ver?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora