Capítulo 34

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Por fin había llegado el día, por fin uniría su vida ante los ojos de todos con Carlo. Aunque ya eran esposos legalmente está celebración le hacia mucha ilusión en especial porque estaría acompañada de su familia y amigos.

La villa era un ir y venir de personas porque habían decidido hacer la celebración allí, su madre estaba dirigiendo todo junto a su suegra mientras ella esperaba en la habitación viendo todo desde la ventana. Unos toques en la puerta la trajeron a la realidad, Bianca entró con las niñas y seguida de ella estaban Fiorella y Pía quienes ya estaban vestidas con sus vestidos de dama de honor y madrina.

Podía echarse a llorar en ese momento pero no lo iba a hacer puesto que ya la habían maquillado y peinado para la ceremonia en la iglesia. Todo se veía tan perfecto en especial sus hijas que iban vestidas de un bonito vestido color rosa a juego con el de sus tías.

— No es día para llorar, es día para estar felices — dijo Fiorella acercándose a abrazarla — por fin cumples tu sueño y el de todos.

Rió ante su comentario, sabía que era verdad aquello. Que Carlo y ella se casaran era el sueño de más de uno y hoy por fin se hacía realidad.

— Fiorella tiene razón, mejor saca esa hermosa sonrisa que tienes y empecemos con las fotos, ya nuestras madres están subiendo con el fotógrafo.

— Muero por verte salir con el vestido por esa puerta, ahí si creo que dejaré unas cuantas lagrimas salir — anuncio su madre entrando en la habitación ya vestida en un hermoso vestido color azul.

— Yo también mi querida niña, he esperado este momento por años — dijo su suegra acariciándole la mejilla.

Las fotos empezaron, ella aun seguía en una bata de seda que decía "Novia" por detrás, todas sonreían hasta que llegó el momento esperado, su madre le ayudaría a ponerse el vestido de novia. Entraron a la habitación contigua a solas donde estaba guindando ya el vestido de forma impecable. Su madre se encargó de bajarlo y ella poco a poco se desvistió, lo pasó por sus pies y lo subió lentamente por su cuerpo dejando que este se ajustara a su figura, metió sus brazos por las mangas de encaje y finalmente su madre cerró la corredera cuando estuvo totalmente vestida, con cuidado le colocó el velo en el tocado y ambas se miraron en el espejo.

— Es tu día mi pequeña y no podría estar más orgullosa — la abrazó con fuerza, evidentemente emocionada porque era su única hija mujer y por fin la veía casarse.

— Lo sé mamá, y yo también estoy feliz, aunque ya esté casada con el amor de mi vida esta ceremonia será aún más especial porque estaremos con ustedes.

— Y sus pequeñas, fruto de su amor también estarán acompañándolos.

— Es lo que más me emociona — declaró.

— Tu padre ya te espera abajo para ir a la iglesia, no sabes lo nervioso que está — su madre rió y ella hizo lo mismo, podía imaginar lo nervioso y emocionado que estaba.

— Entonces vamos.

La puerta se abrió y ella salió, todas la miraban emocionadas, le decían cuan hermosa se veía y lo afortunado que era Carlo por tenerla. Las fotografías y video siguieron, hacían parte de los recuerdos que atesoraría en un futuro de ese especial día.

Su padre la esperaba en la cima de las escaleras y cuando la vio llegar enseguida tuvo que limpiarse las lágrimas con un pañuelo que llevaba siempre en el bolsillo. Besó su coronilla y la miró con los ojos llenos de amor como siempre lo había hecho.

— Te ves preciosa mi pequeña — acarician su mejilla y ella tembló con su toque — el deseo de todo padre es ver a su hija casarse y tu me has dado el mejor de los regalos.

Regalo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora