Capítulo 28

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Habían despertado con la llamada de confirmación de Paul diciéndole que Pia su hermana se encontraba en Woodstock Farm Sanctuary, inclusive le había enviado fotos y le fue imposible no soltar algunas lagrimas de emoción. Llevaba el cabello más corto, por los hombros pero su sonrisa seguía igual, era su hermanita, su pequeña Pia había crecido, se le notaba más madura y no podía culparla luego de todo lo que había vivido.

— Es ella Gi — dijo señalando las fotos — es ella — volvió a decir.

— La encontramos — chilló feliz de poder volver a verla luego de tanto tiempo.

— Paul dice que es seguro ir pero que de todas maneras habrá gente de su confianza esperándonos — le avisó — vamos ahora mismo.

— Deja que me cambie — le pidió.

Esperar a Gia cinco minutos le pareció la eternidad más cuando estaba a unos pasos de encontrar a su hermana. Miraba el reloj en su muñeca cada cinco segundos, segundos que parecían horas para él en ese momento.

— Ya estoy lista — dijo por fin al salir de la habitación.

— Vamos — la tomó de la mano y caminaron juntos hasta la salida.

El camino lo hicieron lo más rápido posible, casi dos horas después estuvieron frente a la propiedad, el letrero así lo indicaba. No tuvieron problemas para entrar porque se hicieron pasar como unos visitantes más de la granja. Le temblaban las manos, las piernas y empezaba a sudar frio por la ansiedad que le producía estar tan cerca de Pia. Se encontraron con la gente de Paul quien les indicó por donde podrían encontrarla, señanlandoles el lugar en el mapa ya que la propiedad era gigante.

Caminaron poco más de diez minutos encontrándoselas con una pequeña cabaña alejada de los establos, ese era el lugar, ahí estaba su hermana. Cuando se dispusieron a tocar la puerta esta se abrió y una sorprendida Pia apareció tras ella, estaba pálida, más de lo normal al ser tan blanca como la nieve.

— Pia cariño soy yo, tu hermano — Carlo intentó acercarse pero ella dio dos pasos hacia atrás.

— Tienen que irse, no deberían estar aquí, mamá y papá se enterarán y volverán a cambiarme de lugar — las palabras salían atropelladas de su boca mientras temblaba.

— Cariño todo está bien, vinimos a rescatarte — anunció Carlo — ven aquí mi pequeña — se acercó y la envolvió en un gran abrazo que duró algunos minutos. Podía sentirla temblar y llorar sobre su pecho como una niña pequeña que tenía miedo de todo y de nada.

— ¿Cómo me encontraron? — preguntó separándose de él.

— Claire nos contó lo que habían hecho papá y mamá contigo — empezó — al principio no podía creerlo así que me negué.

— Y ahí entré yo a convencerlo — intervino Gia detrás de el también acercándose para abrazarla — no sabes todo lo que te he buscado.

— Entren no se queden afuera, alguien nos puede ver — los hizo entrar casi a empujones y una vez adentro por fin pudo ver a la Pia que conocía — Hermano te extrañé tanto, no te imaginas cuanto Carlo.

— Perdón por no estar ahí para ti — se lamentó — perdón por no poder defenderte de nuestros padres.

— Ya no importa.

— Si importa, ahora más que nunca importa— la contradijo — tu y tu hijo estarán seguros con nosotros — le confirmo — ¿Dónde está?

— Está arriba durmiendo — señaló las escaleras — mientras despierta pueden ponerme al día, no he sabido de nadie en más de dos años.

Regalo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora