Regalo de Amor

Capítulo 11

Caminaba de un lado al otro por toda la oficina mientras escuchaba como Nathaniel le decía que ya había revisado su contrato prenupcial y que no había ninguna cláusula que lo afectara pero que si Claire quería podía dilatar el proceso. Maldijo en voz alta justo en el momento en que su secretaria entraba sin avisar a ponerle unos documentos sobre la mesa.

— Lo siento señor — se disculpó creyendo que era con ella.

Simplemente le hizo una seña con la mano pidiéndole que abandonara la oficina, no quería pensar que su aún esposa podría hacer largo y tortuoso el hecho de divorciarse.

— Necesito estar divorciado lo antes posible Nate — se quejó — haz lo que tengas que hacer y gasta lo que tengas que gastar para que esté divorciado máximo para final de mes.

— Todo dependerá de cuándo le digas a tu esposa que te quieres divorciar — le recordó su abogado — te acabo de enviar ella demanda de divorcio y si estás de acuerdo enviaré a alguien del bufete a que te lo lleve impreso.

— Está bien — suspiró frustrado.

Sentado frente a su computador leyó todas y cada una de las páginas que le había enviado su abogado, confiaba en sus criterios si no no sería el encargado de sus asuntos pero no estaba de más leer todo él mismo y asegurarse que las cosas estaban bien. No tomaría una decisión respecto a proponerle a Gia lo que estaba pensando hasta que supiera cuál sería la reacción de Claire, sabía que ella no era una mala persona si no no se hubiera casado con ella pero luego de su charla con Christopher cualquier cosa lo ponía paranoico. Tecleando un "Todo Ok" como respuesta envió el correo para que los papeles le fueran enviados lo antes posible, ya estaba decidido a esa misma noche decirle todo a Claire ya que no podía alargar las cosas...Gia no se lo merecía.

Le hacía falta verla y estar con ella, aunque habían estado en comunicación desde que llegaron ninguno de los dos habían tenido un minuto para estar a solas y eso era algo que pensaba evitar. Decidido a poner fin a esa situación apagó su computador y cerró su oficina, pasó por el escritorio de Teresa y le dijo que no volvería en lo que quedaba de la tarde pero que si pasaba algo muy importante lo hablara  con su padre seguro sabría que hacer.

Quizás admitirlo en voz alta lo haría sentir como un derrotista pero de un tiempo para acá sentía prácticamente todo el peso de la compañía sobre él, eran una de las Navieras más importantes a nivel mundial dado que operaban en más de cien países y contaba con una flota que superaban los cuatrocientos barcos que navegaban diariamente cada ruta comercial del mundo, pero desde que su padre lo había dejado a la cabeza de ésta apenas y le quedaba tiempo para respirar.

Esa había sido la razón por la que su matrimonio empezó a irse a pique, apenas veía a Claire y aunque se negara a hacer la mayoría de los viajes fuera de Palermo a otras partes del continente y del mundo seguía sin tener tiempo para ella. A lo mejor Gia si entendería su estilo de vida, su familia tenía varias líneas de barcos utilizados mayormente para el turismo pero otros cuantos hacían parte de la flota de su Naviera, sus padres eran socios desde mucho antes de que ambos nacieran y su relación se extendía mas allá de la comercial.
Pero no quería condenar esa relación desde el principio y mucho menos a su hijo a tener un padre ausente por esa razón pensaba que ya era hora de que tanto su hermana menor como sus primos se involucraran con el negocio familiar lo que le daría a él un poco de tiempo de calidad con esa familia que empezaba a formarse.

Y ahí estaba de nuevo frente a la puerta de la casa de la mujer que amaba, cientos de veces la había visitado mientras vivía en casa de sus padres y otras más en su piso de lujo que ahora prefería no utilizar. Bajó de su auto y tocó la puerta por varios segundos hasta que se abrió bajo la mirada sorprendida de la castaña, sonrió al verla para seguido rodear su cintura posesivamente y buscar sus labios.