Capítulo 17

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Corría para no llegar tarde a la cita que Fiorella le había conseguido a último momento con un diseñador emergente de la ciudad. El vestido que había pensado utilizar para la fiesta del sábado no le quedaba y es que lo había comprado con anticipación pero de una semana a otra al parecer sus hijos decidieron empezar a crecer.

— Perdón por el retraso — se disculpó una vez llegó al taller donde tenía la cita — acabo de salir de una reunión importante pero ya estoy aquí.

— Gigi te presento Dante — los introdujo su prima — nos conocimos en la pasada semana de la moda y no tienes idea del genio que es.

— Dante es un placer conocerte — le extendió su mano con una cálida sonrisa — soy Gia Bianchi y si necesitas a una diseñadora de interiores estoy a tu disposición cuando quieras.

— Es un placer Gia — contestó besando el dorso de tu mano — tu prima no se ha cansado de hablar de ti.

— Lo imagino — volteó a mirar a la parlanchina de su querida cugina guiñándole el ojo — es bastante informativa.

— Bueno bueno ya no hablemos de mi — dijo la castaña de ojos azules aplaudiendo para que captaran su atención — a lo que vinimos... tu vestido querida prima.

— Tengo uno de mi nueva colección que estoy seguro que te puede servir y va perfecto contigo — anunció el moreno — déjame ir por él para que te lo midas y luego veamos si necesita algún arreglo.

— Te lo agradezco Dante, me estarías salvando la vida — replicó más emocionada de lo que quería.

El joven desapareció por el largo pasillo blanco que se escondía tras una puerta color azul y en lo que él regresaba se tiró sobre el sofá en el que Fiorella estaba sentada.

— Estoy exhausta — se quejó masajeando sus pies — ser una empresaria y mamá a la vez no es nada fácil.

— Pero de que te quejas Gigi si todavía están adentro — rió imprudentemente fuerte — cuando nazcan no podrás con tu vida entonces señora empresaria.

— Crear dos vidas es agotador — farfulló — ya hablaremos cuando sea tu turno.

— No no eso por ahora no está en mis planes así que olvídalo — contestó casi espantada.

Su conversación se vio interrumpida por la presencia de Dante que venía con un precioso vestido rosa satinado. Era largo hasta el suelo y tenía una capa del mismo color que hacía que el vestido se viera aún más largo y elegante.

— Es una obra de arte — aseguró su prima saltando del sillón directo a poner sus manos sobre el vestido.

— Quita tus manos de ahí — manoteo alejando a Fiorella y ahora fue ella quien tuvo el vestido entre sus brazos. Era hermoso, no se podía negar el talento de aquel hombre y si en sus manos estaba haría que su carrera creciera como espuma.

— Puedes probártelo en ese cubículo — dijo el moreno señalando el espacio — si necesitas ayuda nos llamas — aviso — tu prima y yo estaremos esperando aquí.

— Está bien — gritó ya desde adentro.

El vestido entró con facilidad y una vez lo tuvo puesto quizo llorar de emoción al ver que le quedaba como un guante. Era como si lo hubieran hecho para ella, no necesitaba ningún arreglo así que se lo llevaría en ese mismo instante. Salió del vestidor atrapando la atención de sus dos jueces, ambos quedaron con la boca abierta, sin palabras y pasmados.

— Bueno digan algo — pidió chasqueando los dedos.

— Estas preciosa Gigi, ese vestido fue hecho para ti — comentó su prima acercándose por detrás reflejándose ella también en el gran espejo.

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