37. Arrastrado

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—Si te doy toda mi cena ¿Qué me darías a cambio?

—Las gracias y una palmada en la cabeza.

—Ay por favor-

—Debes agradecer poder darle todo lo que tienes a este bello rostro. —Jin pasa la mano por la mejilla y luego lanza un beso a Taehyung, causa que él resople enfurruñado.

Jungkook clava el bastón con cuchillo en la punta. Es demasiado complicado avanzar ahora. Todo lleno de nieve y de cadáveres al mismo tiempo. No solo por el frío que también ha decidido entre subir y bajar, sino por la inevitable aparición de Yagtalja a lo largo del camino. Es obvio que, aunque prefieren el calor, las zonas frías tienen mayor comulación de sombra.

Incluso cuando se estacionan para dormir, imposible que uno o do no esté molestando. Se ha hecho imperante el tener a uno o dos vigías asegurándose de que no aumente demasiado la cantidad de muertos y así, sea imposible huir después.

Aparte de ellos de forma suelta y que se reúnen por el sonido que causan entre ellos, está que muchos de ellos murieron acumulados o dentro de sus edificios y departamentos. Estos Yagtalja aparte de acumulados en espacios cerrados que pudieron haber sido un buen escondite temporal, también fingen muchísimo. Engañan con supuesta inactividad y cuando hay el más mínimo impulso o señal de calor cerca, saltan al ataque.

De momento, no han despertado ninguna horda para alivio general, pero es cuestión de tiempo para que suceda. La poca ideal del territorio dificulta la materia desde todos los aspectos. La guinda de este pastel de inconvenientes, son los asentamientos caídos. Casi todos militares. Jungkook da un respiro apoyado en el bastón.

Ignora el tonto coqueteo entre Jin y Taehyung, fijándose en Hoseok que se frota el brazo con una venda delgada encima. Se acerca a él, mata al Yagtalja a pocos centímetros del pie de Hoseok y causa que él se sobresalte. Culpa del sonido y la presencia repentina de su novio más pequeño.

— ¿Estas bien? —pregunta Jungkook después de unos segundos de silencio. Hoseok asiente y suspira echando la cabeza hacia atrás.

—No del todo—admite y Jungkook asiente, aprecia la sinceridad al respecto—. He tenido tanto tiempo temiendo esto, que sigue dándome miedo que quizá eventualmente—levanta un poco el brazo por inercia—, bueno...

Ambos ven a un Yagtalja que no muy lejos, se mueve y trata de liberarse de la nieve que lo impide avanzar a sus presas. Jungkook acaba con ese también, simple y rápido; da un bufido. Ojalá poder sacar a Bam o Niuk para que rastreen donde están escondido y no tener que ir levantando nieve o pisando fuerte para que se muevan.

—Lo importante es que sucedió ahora, que eres inmune. Da un poco de miedo aun sabiéndolo, lo sé, pero solo es las primeras veces—concede Jungkook—, con el tiempo, serás capaz de vencer ese terror y acostumbrarte a la sensación.

— ¿¡Me van a morder más!? —chilla Hoseok escandalizado y Jungkook encoge de hombros, volviendo a avanzar con el bastón clavado en el suelo de tanto en tanto.

—Es lo más probable, casi inevitable; pero al menos ya no sucederá nada. Tampoco serás casi devorado como Yoongi. No te angusties por nada.

Lo único que Jungkook logró, fue decir mil maneras y razones por las cuales angustiarse. Hoseok regresa al auto, mareado.

—Debemos estar a una semana o dos del río—dice Namjoon con el mapa extendido en la mesa de la casa rodante—. Con mucha suerte, habrá algo, una señal como mínimo y cerca de la frontera.

— ¿Cuánto avanzaremos para buscar indicios? —cuestiona Hongjoong.

—Estimo que al menos hasta la mitad del Estado. Dar una gran oportunidad y beneficio de la duda. —Yoongi sonríe leve y se recuesta hacia atrás.

Sempiternal: Battlefield || BOOK 5#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora