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Parpadeé varias veces mientras Aglaia no decía nada al respecto y aunque mi molestia había crecido bastante no podía negar que me enojaba más que ella ni siquiera hablara, dejándome con los nervios de punta. Mi hermana estaba al frente de mí y estaba golpeada por manos de su propio marido, el cual, odiaba desde siempre, no obstante, nunca pensé que llegaría a tal extremo de que viniera a mi casa en busca de ayuda y menos cuando Aglaia era una mujer que soportaba a su esposo pensando que era perfecto y sin importar qué, lo defendería porque tenía el cerebro lavado por el sistema.

Algunas veces pensaba que algún día pasaría algo así, pero no sabía el momento exacto y la magnitud de aquello.

El momento había llegado y era bastante horrible lo que me mostraba mi hermana en su rostro.

-Dime que no fue él...

Quise darle otra oportunidad de hablar y aunque era obvio que había sido acto realizado por las manos de Colín, necesitaba saber que ella estaba consiente de aquello y estaba dispuesta a denunciarlo porque no me interesaba que fuera el padre de mi sobrino, él iría a la cárcel por el acto horrible que había realizado por sí solo, ya que golpear a una persona era una pecado hasta para mí y sobre todo a la mujer que era madre de tu propio hijo.

Se lo había advertido varias veces, sin embargo, siempre me decía que era una niña que tenía una mente retorcida. Que él nunca le haría daño mas vernos aquí, lo había hecho por fin.

"Hermana, he oído como te habla y he visto su mirada. Le tienes miedo y te domina..."

Recordé de inmediato aquel comentario que había salido de mi boca cuando la miré reaccionar de forma sumisa ante su marido.

"Rebecca, te imaginas todo lo malo porque nadie tiene la mente como la tuya, eres tú la que tienes el problema. Mi Colín es perfecto como todos en Nayfur, excepto tú."

Y desde aquel día no le comenté más nada porque sus palabras habían sido bastante dolorosas para mí.

-Amor, ve a jugar en mi habitación, puedes prender el televisor, anda, ve y haz lo que quieras.- Le hablé a mi sobrino y éste salió corriendo hacia las escaleras con una sonrisa en su cara pero no se imaginaba que el ambiente estaba tenso y triste.- Tú y yo iremos hablar en la otra habitación.- La tomé de la mano con enojo sin dejarla hablar en ningún segundo y la llevé a la habitación de visitas o lo que se supone que debería de ser en un futuro para el hijo mayor.

No quería hablar con ella en la planta de abajo siendo obvio el motivo de aquello. Sabía que me oirían y aunque quiero la muerte para ese idiota, no podía hacerlo, una parte de mí se encendió al imaginarme a Deo sin un padre, al imaginarme a mi sobrino sufriendo porque su padre había sido asesinado frente a todos y sobre todo, dejar a un ser humano sin su padre era espantoso aunque la idea de que Colín estuviera cerca del pequeño, me repugnaba y alteraba al instante.

Me estaba debatiendo entre lo que se supone que debería de hacer por justicia a mi hermana y en lo que humanamente correcto, en lo que debería de hacer para mantener a mi sobrino siendo una persona coherente dentro de toda esta locura que lo rodeaba.

-Lo hizo porque lo molesté...- En su voz había miedo e inseguridad y yo suspiré como un animal salvaje en medio de una guerra.

Yo sabía que no era la primera vez que ella sufría un ataque de ira por parte de Colín pero la cuestión es que ella siempre me lo ocultaba, Aglaia creía que yo era inexperta en cualquier tema relacionado con matrimonio o "amor", además que se imaginaba que le creería todo lo que me diga.