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Eran las siete de la mañana y no había dormido en toda la noche. El sueño me tumbaba pero siendo sincera, la presión y los nervios me hacían quedarme despierta sin poder ni siquiera pensar en descansar porque ese no era el momento para hacerlo. Todos nos mirábamos las caras en la mesa de reuniones, Liam no decía nada, sin embargo, tomaba mi mano por debajo de la mesa para dedicarme algunas veces apretones haciéndome sentir más calmada o simplemente me acariciaba la misma con su pulgar. Timeus y otros guardias, los dos de piel oscura con ojos cafés, los cuales, no eran de Nayfur obviamente, cabello oscuro y rasgos fuertes junto con la mano derecha de Timeus, una mujer llamaba Joselyn Villareal.

Blanca, sus ojos eran de color azul muy oscuro, pecas en su rostro de manera impecable y baja con cabello rojo, realmente hermosa de una manera extraña porque aunque en Nayfur habían personas pelirrojas, nunca había visto una que se viera tan sencilla y al mismo tiempo exquisita con su cabello casi naranja atardecer.

-¿Qué quieres hacer, Rebecca?- Preguntó la extraña mirándome fuertemente haciéndome sentir intimidada de un modo insólito.

-No lo sé.- Dije mirándola directamente a los ojos y ella me vio severamente, por alguna razón me sentí mucho más intimidada que antes.

-Necesitas pensar en algo, Niclot quiere hablar con todos nosotros y el papel más importante es el tuyo. Te quiere a ti.- La repugnancia invadió mi cuerpo causándome mareo.- Como sea, requieres ser firme y hacer que no le haga daño a nadie.- Comentó con una expresión de seriedad total y yo suspiré llena de miedo por lo que me estaba pidiendo sabiendo que aquella mujer claramente tenía mucha más firmeza y fuerza que yo.

Al final, seguía siendo una ciudadana de este país con miedo a causarle daño a los que amo como lo he sido desde hace mucho tiempo.

-¿Qué se supone que le diga? Lo que puedo hacer es insultarlo.- Afirmé siendo obvia.- Y todos sabemos que eso es lo que menos debo hacer a esta altura del juego, además que ya lo he hecho muchas veces antes.

-¡No! No harás nada de eso.- Timeus me miró detenidamente desde el frente de la mesa cuadrada transparente en medio de la habitación llena de tecnología y un frío suave con paredes blancas y una pantalla gigante en la pared del frente.

Liam suspiró a mi lado frustrado al igual que yo, lo miré a los ojos y le hice una mueca.

-Ella no sabe qué hacer, creo que sería mejor que la ayudáramos porque si Niclot la observa débil, hará que se sienta peor, Rebecca no se encuentra en su mejor estado con todo lo que está pasando.- Quise aplaudir a Timeus por su comentario muy asertivo aunque me mantuve como una estatua en mi sitio.

-Bien, te diré algo del fondo de mi corazón.- Joselyn por primera vez estaba siendo delicada conmigo, siempre tenía ese carácter fuerte y dominante.- Es primera vez en mi vida que veo a personas como ustedes y con ello me refiero; ojos de colores, muy diferentes a todas las personas del mundo con rasgos finos que parecen de mentira, como si fueran una especie de muñecos de porcelana. Tienen muchos valores aunque no lo creas, sin embargo, en el exterior por primera vez en la historia mundial, los países están unidos, todos, excepto Nayfur por los reglamentos implementados por la familia Niclot desde hace décadas atrás. Es claro que este país tiene todo el potencial para ser uno de los más importantes en el mundo en muchos aspectos pero en vez de ello, se encuentran encerrados en una caja malévola creada por la familia Niclot desde hace muchas décadas atrás.

Los recuerdos de la disolución social del siglo veintitrés llegaron a mi mente de manera veloz. Ahora todo era diferente según Joselyn, todos estaban unidos en busca de lo mejor para los ciudadanos del mundo y Nayfur era el único que no estaba dentro de esa ecuación pacífica.