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Abracé al pequeño fuertemente con mi hermana en mi otro brazo, ellos dos eran las únicas personas que estaban conmigo siendo familiares directos en el aspecto sanguíneo. Mis lágrimas no dejaban de correr por todo mi rostro y la imagen de Eugene cargando a su pequeña recién nacida llegó a ser captado por mis ojos y de inmediato corrí a abrazarlo.

-Me alegra que estés con vida, me preocupaba que te hubiesen matado, en realidad, pensé que ya estabas muerta.- Las palabras no salían de manera correcta de su garganta por el llanto que él también estaba teniendo.- Desde hace mucho tiempo Niclot quiere tenerte sin pulsaciones, creí que esta vez no dejaría que te fueras ¿Qué tienes en los oídos?- Su voz después fue muy veloz para darme una mirada llena de preocupación al ver mis orificios auditivos.

Llevé mi mano insegura a los dos aparatos que yacían en mis oídos.

-Yo me alegro de verte feliz y que esta niña hermosa esté bien.- Le eché un vistazo a la niña que dormía sin saber nada de su alrededor disfuncional.- Respondiendo a tu pregunta, tuve una hemorragia grave en el sistema auditivo y causó que perdiera mucha sangre, por eso, mi equilibrio se vio afectado. No perforó por completos los tímpanos pero sí causó un daño severo.- No pude describir la mirada que el oji rojos me dedicó, creo que hasta podría decir que estuvo a punto de gritar por la impotencia que noté en sus expresiones.- Esta es una máquina para mejorar la audición y poder cicatrizar la perforación de los oídos, un poco más y me pude haber quedado sorda completamente.- Antes de poder decir algo más, mi mirada se enfocó rotundamente en la criatura recién nacida para percatarme que abrió sus ojos y eran tan rojos como los de Eugene, lo volví a ver sonriéndole y él hizo una mueca.

Esa era la imagen más hermosa que había tenido el día de hoy a parte de la de mi hermana junto con su hijo y las ganas de llorar al apreciar la belleza de esa bebé casi idéntica a la de su padre me había causado ponerme muy sentimental.

Los aparatos en mis oídos eran blancos y pequeños, sin embargo, cuando me los colocaron el dolor cesó de inmediato, no tenía dolencia alguna y mi audición mejoró mucho, la hemorragia se detuvo y ahora solo faltaba esperar para quitármelos y poder tener mi sistema auditivo como nuevo hasta el equilibrio de mi cuerpo se recuperó casi de inmediato. Aún recordaba las palabras de la doctora de ojos verdes pero mucho más opacos que los míos, unos ojos normales y sabía que no era de Nayfur por su imagen física tan distinta que me parecía extraña.

"Señorita Klaes, es un milagro que no esté sorda de manera completa y sin retorno. No entiendo como sus tímpanos soportaron tanta presión y no explotaron ante la hemorragia severa".

Yo solo limité a hacer una mueca viendo a la mujer con bata blanca, cabello castaño claro y muy corto. Con una sonrisa tranquilizadora y rasgos delicados. No pude sentirme menos contenta ante la idea de una doctora mujer, era increíble, ya que, en Nayfur no había médicos del sexo femenino, me hacía sentir mejor con respecto a todo lo que estaba ocurriendo.

"Es bueno poder ver a una doctora mujer y poder sentir que es un ejemplo a seguir para mí".

Le dije después que terminó de colocarme los aparatos en mis oídos con guantes y me sonrió sinceramente. Tenía heridas en los brazos, siendo honesta, hematomas al igual que en todo mi cuerpo. Mi cabeza había sufrido una contusión aguda, la cual solo causó mareos, aun así, me colocaron un parche para liberar la presión del área. En mi boca había rotos pequeños, nada de qué preocuparse, en verdad también perdí una muela de la mandíbula inferior, era la última muela pero dolió mucho. Esa era la sangre que sentía en la boca y no sabía dónde estaba la muela de hueso ni tampoco entendía cuándo la perdí. Mi nariz se rompió un poco, nada grave también al igual que una pequeña fractura en una costilla. No se rompió, sin embargo, necesitaba descanso, además, de revisión constante y unos parches para ayudar a sanarla y volvía a agradecer el tipo de tecnología que poseíamos en esta época.