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Pasaron alrededor de ocho semanas después de mi encuentro con Niclot junto con Timeus en el parque y aún seguía con mi personaje, el cual, se estaba mucho más débil porque ya no había nada que ocultar para el gobierno y eso me dejaba un poco de libertad para ser quien soy realmente. Deo estaba con mis padres y Aglaia aún escondida en la casa abandonada. Les había hablado a mis padres de todo lo que sucedió, igualmente así, no me creyeron ninguna de las cosas que les comenté, y no lo negaría porque de verdad es que me dolió mucho que no confiaran en mí, eran mis papás y por eso, tenían que confiar en su hija y no en un sistema nauseabundo.
Ellos preferían a Stevents Niclot que a mí misma y eso es repugnante.
-La comida está muy buena.- No podía creer que eso era lo único que podíamos hablar Liam y yo.
Desde el día que murió Valerie, él se había separado notablemente de mí, seguía hablándome en algunas ocasiones pero casi siempre me evitaba y lo notaba sin duda alguna. Eugene aún trabajaba con el plan para entrar a la base de control al igual que al castaño que me ni siquiera me miraba, sabía que él no lo hacía por mí, lo hacía para poder estar contra el gobierno que fue aquel que le quitó a una persona muy importante de su vida, técnicamente de aquel tema era lo único de lo que hablábamos los dos junto con las cosas cotidianas de nuestras vidas.
Era un poco triste que mi único amigo, la persona que estaba conmigo todos los días estuviera alejado de mí aunque lo entendía, era mi culpa que Valerie haya muerto, todo estaba en mis manos, en aquellas donde yacía la sangre de personas inocentes, Niclot destruyó a todas esas personas por el simple hecho de hacerme daño directo a mí dejando vivirlo de la peor manera.
-La comida para ti siempre está rica.- Seguí viendo mi plato y él me miró detenidamente desde la otra punta de la mesa sin demasiados sentimientos o emociones en sus ojos oscuros.
-Tengo un regalo para ti.- Lo miré sorprendida ante su aclaración para nota que comenzaba a sacar algo de su bolsillo.- Toma, puedes comprar lo que quieras, cosas para la casa o ropa, a las mujeres le gusta mucho salir de compras.
Error garrafal.
Me gustaba verme bien aunque siendo honesta este era el peor momento para pensar en algo tan banal como salir de compras mas también me pareciera muy innecesario el comentario de Liam, no dije nada al respecto, así que miré la muy pequeña tabletica transparente con códigos dentro de ella.
Era una tarjeta de débito a mi nombre de casada.
-Gracias...- Fue lo único que articulé teniendo una presión en mi pecho al saber que seguramente no saldríamos nunca del agujero en donde estábamos ahora mismo.
No quería decirle más de lo que podía a Liam, él me odiaba con extrañez, sabía que no quería conversar conmigo y las palabras duras de aquella noche en el parque vinieron a mi mente de nuevo haciéndome sentir un nuevo nudo en la garganta repentino.
-Puedes gastar todo lo de la tarjeta, no me importa, tengo la mía que es para las compras de la comida y los pagos de las cosas de la casa.- Siguió comiendo sin verme a los ojos y yo solo hice una mueca sin dejar de verlo por un segundo.
-No tenías que regalarme nada.- Hablé seco y amargo.
Siendo honesta no quería recibir nada de su parte después de lo que le había hecho, destruí una pieza fundamental de su vida y me estaba regalando dinero, además, de que su gesto de cariño, fue un gesto muy seco y odioso, por eso, ni siquiera quería ver esa tarjeta débito, agregando que lo que más deseara es que el dinero que se encontraba en esa cuenta a mi nombre fuera dinero ganado con mi propio esfuerzo y no como un presente.
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2520 ✅
General Fiction"Nayfur es un país en donde anualmente se realizan las asignaciones de parejas escogidas por pruebas científicas. Rebecca y Liam serán asignados y tendrán que superar los problemas juntos. Al final, será una pesadilla hecha realidad". Historia 100%...