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El tiempo pasaba sin que tuviera demasiada noción del mismo y aun nuestros labios querían estar en contacto con los del otro hasta de cierta manera parecían tener vida propia. No sabía cuánto teníamos dentro de esta situación pero me di cuenta de lo que estaba ocurriendo ahora mismo con Liam era tan malo para los dos que nos traería bastante consecuencias. La cara de Eugene aparecieron en mis pensamientos y mi culpa se despertó de la nada causando que saliera de esta fantasía que mi cuerpo había tomado sin mi pleno consentimiento sintiendo un enorme hueco de culpabilidad en medio de mi estómago.

Mis manos estaban en el pecho del castaño apretando fuertemente, así que de inmediato lo empujé con todo el impulso que podía tomado ocasionando que éste alejara sus labios mojados e hinchados de mi boca y al instante me imaginé que la mía estaban en la misma condición que los suyos.

-¿Qué pasó?- Me miró confundido e intentó acercarse a mí de nuevo, sin embargo, me eché para atrás unos dos pasos.

No podía permitir que se diera el beso de nuevo y lo peor es que era la segunda vez que ocurría, no obstante, en esta ocasión lo había permitido hasta había seguido el juego para convertirme en una persona infiel y fácil. Había engañado vilmente a Eugene, al único hombre que merecía mi amor, además de mi padre.

-Esto estuvo muy mal.- Afirmé obvia llevando desesperadamente mis manos por el cabello para notar que negó con la cabeza de inmediato y yo bufé porque era evidente que Liam nunca pensaría de mi modo con respecto a este tema.

-No estuvo mal, los dos lo queríamos.- Quiso colocar su mano en mi cintura pero me volví a alejar de su cuerpo con rapidez.

Me urgía con desespero que ese chico estuviera alejado de mí.

-No, tú lo querías, yo desde el principio te dije que no quería nada contigo y que nunca podría hacerle esto a Eugene hasta se supone que tú tampoco engañarías a Valerie y menos cuando se acaba de ir de la casa.- En mi interior habían muchos sentimientos como la frustración y el enojo, especialmente enojada conmigo misma por haber caído en el juego del chico de ojos marrones que ahora me miraba tan penetrante que sentía que entraría a estudiar todo mi ser.

Caí en un juego que no quería jugar.

-Tú me seguiste el beso, lo querías al igual que yo.- No sabía que decir, era verdad y me sentía mal por tener que callarme la boca al saber que no tenía salida alguna.

Era como si la vida se hubiese puesto en mi contra para sacarme de mi zona de confort y sobre todo para darme cuenta que soy tan débil como cualquiera. Había sido débil ante la ocasión y los impulsos, algo que no me caracterizaba.

-Pero... Liam.- No dejó de mirarme de esa manera que me daba escalofríos por todo el cuerpo.- Valerie llegó a la casa y tú la trataste como una novia frente a mí, la amas y aunque me caiga muy mal por el hecho de que me está metiendo en problemas, tú no le puedes hacer esto, yo no soy tu juguete, sé que la extrañas porque lo vi en tus ojos.- Era la misma mirada que yo le daba a Eugene.- Vi como la mirabas y tú sientes lo mismo que yo, no le podemos hacer esto a las personas que amamos, no podemos usarnos entre los dos para olvidarnos de nuestro pasado porque el pasado es lo que nos define en el futuro, ella es tu pasado y es tu presente... Eugene es mi presente también y son cosas que no podemos evitar, ni cambiar.- Luego de lo que parecieron minutos sin parpadear, lo hizo varias veces para bajar su mirada y observar detenidamente sus manos jugando nerviosas porque sabía que lo que salía de mi boca era la realidad y no podíamos cambiarla aunque nos esforzáramos inhumanamente.

Nuestro pasado, presente y futuro son una línea recta interconectadas entre sí que son consecuencias de las acciones de la otra. Esto me había perjudicado a mí tanto en el presente como en el futuro, dejando de lado el pasado. Son un grupo que nunca se podrán separar.