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-¡Vamos! ¡Corran!- Dijo el hombre de ojos morados mientras corríamos hacia el ascensor a paso veloz con el corazón en mi garganta por la presión que yacía en mi cuerpo.

Cuando subimos en él marcamos la planta baja y sin duda alguna mis manos temblaban de una manera descontrolada, además de lo congeladas que estaban, todavía sentía un nudo en mi garganta al igual que en la boca de mi estómago haciéndome sentir mareada, sin embargo, disimulé mi malestar para poder salir de ese lugar antes que las cosas empeoraran.

Todo esto parece un sueño muy descabellado y por ende, tuve que pellizcar mi piel para darme cuenta que todo era real.

-No me fío de usted.- Habló Eugene por todos nosotros al mismo tiempo en que el ascensor descendía a la planta principal.

-Entiendo que desconfíen en mí pero es la verdad. No estoy jugando con ustedes, no jugaría con algo tan delicado como lo es esto.- Sentía sinceridad en la voz del hombre alto, y realmente yo le estaba creyendo aunque una parte de mí decía que ellos eran perfectos mentirosos.

No quería hacerlo, no obstante, la otra parte dentro de mí gritaba que era la sinceridad en persona y los recuerdos de aquel hombre mandándome mensajes ocultos en sus palabras llegaron como flash a mi mente y tragué duro porque siempre quiso que supiera que no era uno de ellos.

Que era uno de nosotros.

-¿No le dirá a nadie sobre todo esto?- Negó seriamente con sus labios apretados.

-¿En serio está contra las leyes de Nayfur?- Pregunté aun confundida por lo que sucedía teniendo en mi mente el guiño que me dedicó en el parque hace unas semanas atrás sabiendo que fue un gesto de complicidad.

-Violan los derechos humanos. No pueden obligarlos a casarse con personas que ni conocen y mucho menos a matarlos porque no cumplen las condiciones necesarias para ser perfectos, eso está violando todos los derechos reglamentados en las Naciones Unidas y aunque Nayfur no pertenece a la organización, estamos en la obligación de intervenir para poder terminar con estas leyes alocadas y malévolas implementadas por la familia Niclot desde hace décadas atrás causando una nación en donde todo tiene que ver con un ideal irreal.- Rió amargado y parpadeé repetidas veces dándome cuenta que internacionalmente somos un país en la mirada de todos y honestamente, eso no me lo esperaba para nada.

-Y no se olvide de matarnos por no tener hijos o no poder hacerlo.- Añadió Liam y yo hice una mueca ante la idea porque el día de la revisión anual se acercaba rápidamente.

-El mundo ha avanzado rápidamente, sin embargo, Nayfur ha sido el único mundialmente en ser tan privado, nadie sabe mucho de esto porque todo lo mantienen en secreto. No aceptan a turistas y que nada de su situación actual sea publicada a nivel internacional, así que sus delitos solo son contemplados en los altos mandos a nivel mundial.- Sus palabras parecían cuchillos fríos entrando en mi mente haciendo que me diera cuenta de lo mucho que la familia Niclot han destruido nuestras vidas hasta tal punto que ni siquiera somos reconocidos mundialmente como un país.

-Es como si no existiéramos...- Eugene explicó mirando al hombre de ojos morados detenidamente y él asintió haciendo una mueca que me dolió pensando en que si de verdad podríamos salir de todo esto mas ver a ese hombre a nuestro lado, me daba más esperanzas.

No éramos nada para el ojo internacional aunque estuvieran interviniendo en este régimen.

-¿Por qué aún no ha podido derrocar todo esto?

-No saben la cantidad de pruebas que necesito para que las Naciones Unidas entre en acción. Este país está custodiado por militares entrenados con la imagen de seres superiores, no podemos entrar tan fácilmente como ustedes creen. Tengo alrededor de quince años trabajando en este país y todo lo que he visto me da náuseas y mucho más cuando supe lo de Colín.- Mordí el interior de mis labios sabiendo todo lo que conllevó ese hombre por querer salvar la vida de nuestra familia.- Todo lo que hace Niclot está mal, esto es espantoso pero el día se acerca para que se le demos fin a esta pesadilla que parece eterna.- Me estremecí de inmediato.