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-Me quiero ir.- Le dije en el oído a Liam porque la culpa me estaba comiendo por dentro desde lo más profundo de mi ser para expandirse hasta el exterior y cualquiera que estuviera a mi lado notara lo pesado que había colocado mi energía.

No quedaba duda alguna que esta sensación no me gustaba nada sumando que ya me sentía demasiado mal desde antes y con el agregado de esta situación, había empeorado mis sentimientos.

Requería escapar de este lugar, sobre todo, de sentirme presionada bajo el techo en donde estaba mi sobrino sufriente por mi culpa, todo el aire en la casa era pesado y yo concebía que todo aquel peso se concentraba en mis hombros porque al final, ante los ojos de las personas y de mí misma, yo era la culpable del pesar de Deo y de las consecuencias que iba a traer la muerte de Colín, por ejemplo, las cámaras de seguridad que habían colocado en todos los rincones de Nayfur sabiendo perfectamente que lo hicieron después de descubrir el secreto de Colín.

-Son tus padres...- El chico comentó entre dientes en mi oído y suspiré sintiéndome agotada en todo aspecto.

-Eso no implica nada, quiero salir de aquí, por favor ayúdame.- Me miró evidentemente preocupado al notar mi tono de voz desesperado y casi clemente. Tuve que procesar lo que salió de mi boca algunos segundos para percatarme que una persona "perfecta" nunca querría darle la espalda a sus padres aunque fuera por un momento.

Cuando prometí que actuaría como otra persona pulcra de Nayfur no entendía que sería una tarea tan difícil y realmente no lo estaba cumpliendo, había pensado que actuar con la mente lavada era sencillo mas era algo que estaba contra mis instintos y eso, era demasiado para liderar de la manera correcta. Pensé que con mi fortaleza interna podría dominar a la perfección el papel de una esposa ejemplar de la nación, sin embargo, había fracasado rotundamente en ser una actriz buena y no es que odiara a mis padres o algo parecido, nada que ver porque todos sabían que daría mi vida entera por ellos pero estando con ellos a mi lado no dejaba de lado la sensación de vacío en mi interior sabiendo que era una persona asquerosa y todo era mi culpa.

Las lágrimas de Deo eran mi responsabilidad.

-Rebecca...

-Como sea.

Me levanté del sofá pidiendo permiso primero a mis padres para retirarme de la sala de estar y entré en el baño de visitantes a paso rápido, no podía poder seguir estando en el mismo lugar, el cual, me hacía sentir culpable y vulnerable. Suspiré fuertemente pasándome las manos por la cara, sentía que me estaba ahogado en mis propios sentimientos.

No podía creer lo que me estaba pasando, tan joven y estando contra un régimen absurdo, ¿Cómo se supone que sobreviva de esta forma?

Me senté en el retrete y solo pude pensar que en alguna parte de este baño habían cámaras vigilándome en ese preciso momento y la idea de me daba repugnancia total, el solo especular que me vigilaban en mi propio baño cuando se supone que este era mi espacio personal me daban ganas de salir corriendo y perderme en algún lugar del universo sin tener que vivir dentro de este país, supe de inmediato que no había ningún lado de este país que estuviera libre de la vigilancia gubernamental porque tenían miedo de que otras personas como Colín siguieran ocultando sus secretos, dando a entender que el sistema de vigilancia no servía demasiado para mantener la "integridad" de la nación y por esa razón, ellos tomarán todas las medidas necesarias para evitar nuevamente otra falla.

-Creo que deberías de salir de allí.- La voz del castaño sonó afuera del baño y negué para mí misma aún sentada pensando en muchas cosas, casi hasta tal punto que sentía que iba a explotar mi cabeza en mil pedazos dejando todo el baño sucio con mi cerebro por todos lados.

2520 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora