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Caí en la cama con una sonrisa de oreja a oreja, después de todo no era tonta, pero ¿quién podía estar vigilando? Tal vez hablaba de Feng, estaba casi convencida que sí era él a quien vi afuera de mi edificio, de ser así Kim y yo podríamos encontrarnos en un grave peligro ahora que sabía en dónde vivíamos.

Pensé en hablar con la policía, pero ¿qué se supone que les diría? Descarté la idea, ahora más que nunca necesitaba encontrar a Alex, era la única persona que podría protegerme. Al menos sabía que vendría pronto, pero ¿cuándo se suponía que sería eso? En definitiva, la paciencia no era mi fuerte. Mis pensamientos fueron interrumpidos por un mensaje de Kyle: Descubrí algo, nos vemos en la noche

Odiaba ser presa del tiempo y tener que esperar para saber lo que mi amigo iba a decirme, debía ser sobre Alex, quizá tenía una pista sobre donde estaba o tal vez logró asociarlo con su profesión, lo cuál podría ser un problema, no estaba segura que ni él ni Kim lo aprobaran por mucho que fueran mis amigos. Si bien no podrían decidir con quién salía o no, eso tal vez arruinaría nuestra amistad. Necesitaba ser yo quien se los contara, pero para eso debía encontrar el momento adecuado.

Kim llegó antes que Kyle con una bolsa llena de ropa que planeaba lanzar para la siguiente temporada, me la mostró y platicó a grandes rasgos su plan, mismos que la llevó a considerar contratar la agencia de Jacob para garantizar el éxito; eso me recordó que aún no preparaba la presentación de Utro y la fecha de entrega se acercaba, pero ¿cómo podía hacerlo si mi cabeza estaba ocupada en otras cosas?

Alrededor de las ocho de la noche Kyle finalmente apareció, la emoción y ansiedad en sus ojos era más que evidente, los tres tomamos asiento en el comedor mientras él buscaba algo en el montón de papeles que traía.

— Antes de enseñarles — exclamó al fin — Sophie, dime que me debes un favor y que soy tu héroe.

— ¿Qué? — pregunté divertida.

— ¡Sólo hazlo! — gritó Kim — el suspenso me está matando.

— Bien, eres mi héroe y te debo una.

Kyle sonrió satisfecho y me tendió dos fotografías en las que aparecía Alex, en la primera estaba en el asiento trasero de una camioneta y en la segunda en la entrada del aeropuerto.

— Kyle — lo miré asombrada — ¿de dónde sacaste todo esto?

— Te dije que iba a ser tu héroe.

— Lo eres, en verdad, pero no entiendo ¿cómo?

—Eso es lo que menos importa, te prometí que te ayudaría a encontrarlo, creo que se estaba yendo de viaje o algo así — dijo señalando la segunda fotografía.

— ¿Y el destino? — preguntó Kim con sarcasmo — ¿No lo averiguaste?

— Soy bueno, pero no tanto — exclamó con una sonrisa pícara.

A la mañana siguiente, después de desayunar, miré nuevamente las fotografías que Kyle había conseguido, esta vez con más detenimiento. En la que estaba en una camioneta alcancé a ver el nombre de la calle "Parnassus", era muy cerca del hospital UCSF. Había sido tomada el mismo día que Nick salvó mi vida de los encapuchados.

Miré nuevamente la fotografía; la camioneta tenía abolladuras en el costado izquierdo, en la esquina opuesta estaba un auto rojo con un par de jóvenes.

A pesar de la poca claridad de sus caras, sabía qué eran los italianos. No me cabía duda. Alex estaba ahí para acabar con Luan, pero ¿por qué se detuvo? ¿por qué no fue tras él y los encapuchados? Si pudiera saber algo más sobre el chico vietnamita tal vez al menos conseguiría una respuesta sobre el posible paradero de Alex.

Amargas PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora