La fase dos también fue un verdadero éxito, aunque mentiría si les dijera que nunca lo dudé, especialmente al estar cerca de Mizuki que podía resultar verdaderamente intimidante cuando quería, es decir, siempre.
Me costó un poco de trabajo convencerlos de interceptar la mercancía en el almacén de Fresno en lugar de en el puerto. Y no fue hasta que los hombres de Mizuki le confirmaron las complicaciones de hacer el asalto ahí mismo que me creyó.
En el camino me enteré de unas cuantas cosas de Feng, aunque si bien no sabía que tan ciertas podían ser, le di el beneficio de la duda.
Mencionó que sus ancestros llegaron al país porque los Embery fueron quienes los trajeron para trabajar en las minas durante la fiebre de oro.
Su bisabuelo logró que los emplearan como un soldado en la familia de Alex como un experimento para probar que estos no tenían que ser forzosamente de la misma nacionalidad y por un tiempo funcionó. Al menos hasta que un capo de los Embery le tendió una trampa, convenciéndolo de incursionar en el negocio de las drogas pero fue descubierto y lo asesinaron, bajo el cargo de traición.
Para ese entonces el abuelo de Feng ya sabía lo suficiente e independizó a la familia. A través de distintos negocios estableció una cadena de distribución por todo el país, desde tintorerías y restaurantes, hasta tiendas al menudeo con productos hechos en China. Se hicieron de un nombre y se ganaron su lugar entre los ocho grupos.
Por accidente, también mencionó la historia de la muerte de su tío Hao, ocurrió mucho antes de la de los Kugler. Según sabían Hao había ido a cenar con Owen y Giorgio. Jamás volvió a casa, su hermano exigió justicia, pero ya que no contaba con pruebas ni testigos, los otros europeos se negaron a tomar represalias. Owen y Giorgio dijeron no saber lo que le había ocurrido.
Con eso entendí parte del resentimiento de los asiáticos hacia los europeos. Cuando pasó lo de Hao nadie se molestó en investigar, pero cuando fueron los padres de Dom, juzgaron a los Nguyễn. Con la palabra de Dominik como única evidencia.
No te preocupes Feng, pronto sabrás la verdad que te negó tu padre, pensé.
Por otra parte, en un intento por mantener las apariencias. Yo había compartido con ellos "el secreto", del lugar hacia el que nos dirigíamos: Los jardines de Forestiere.
Les conté que con ayuda de sus amigos, Owen había conseguido usar estos jardines para esconder los productos "incautados" a los asiáticos, por la noche podían moverse bajo tierra para almacenar la mercancía hasta trasladarla a otro punto. Parecieron bastante sorprendidos y hasta satisfechos con el descubrimiento.
Alrededor de las dos de la madrugada Mizuki recibió una llamada de sus hombres, informándole que el camión acababa de entrar a la ciudad; nos dividimos en tres grupos, nosotros, los hombres de Feng y los de Mizuki.
El primero grupo (los Zhai Di) se encargaron de "distraer" a los soldados que vigilaban el camión, el segundo (los Satō) esperarían a que Feng y Mizuki inmovilizaran al par que había quedado en el camión. Cuando lo hicieron, llegaron a toda prisa para volver a subir la poca mercancía que se había descargado. Se treparon al camión y se lo llevaron a donde sea que Mizuki les hubiera ordenado. Ignorando que debajo de este había un localizador que alguno de los especialistas junto con un equipo rastrearía para descubrir una de las bases de los Satō y de paso, recuperar la mercancía.
Apenas dimos media vuelta, uno de los soldados caídos despertó, buscó por instinto su arma y con los ojos medio cerrados apunto hacia Feng, casi al instante, Mizuki extrajo un revólver de la parte trasera de su cinturón y disparó.
ESTÁS LEYENDO
Amargas Pesadillas
Mystery / ThrillerEl tiempo de los sueños ha terminado y una nueva era de pesadillas se avecina. Sophie al fin ha despertado, por desgracia su memoria ha extraviado los recuerdos de los sueños y con ellos a ÉL. Su única pista para recuperarlos, proviene del par de a...