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Aterrizamos en San Francisco casi al mismo tiempo que el sol salía. Alex me dejó en mi apartamento para que me pudiera bañar mientras que él acudía con su padre a, lo que esperaba, fuera su última reunión. Como el peligro había desaparecido no puso ninguna objeción en que yo pudiera arreglar sola un asunto pendiente, acordamos que pasaría por mí en la tarde para irnos juntos a la pasarela de Kim.

Una vez lista tomé un taxi hasta Potrero Hill y subí a su apartamento, tuve que llamar a la puerta dos veces antes de que finalmente abriera,

— Hola Nick — saludé.

— Sophie, ¡qué sorpresa! Pasa, justo acabo de colgar con Cameron ...

— Me alegra — interrumpí al tiempo que pasaba y tomaba asiento en uno de los sillones —, ¿celebrarán más tarde el éxito de su misión agente Miller?

— ¿Qué?

— O debería decir ¿agente Johnson?

— ¿De qué estás hablando? — preguntó con una carcajada a medias.

— Sé quien eres en realidad.

— ¿En serio? — sonrió de forma coqueta mientras servía dos tazas de café y me ofrecía una — seguro estabas ansiosa por decírmelo, anda date gusto.

Dí un sorbo lento al café, dándole tiempo a mi cabeza de ordenar ese último discurso que preparé por tanto tiempo para la última fase.

— ¿Recuerdas el día que fuimos por el café? ¿Cuándo me dijiste tus sospechas sobre Alex, Cameron y todo eso? ¿Cuándo la chica pelirroja te identificó? Bueno, pues por desgracia para ti y fortuna para mí, la gran mayoría de las personas hoy en día tienen redes sociales, no me fue tan difícil encontrar a Kristen, quien después de platicar un buen rato me contó la historia de su viejo amigo de la escuela, me enseñó fotos de Dylan Johnson en la preparatoria y en efecto, eras tú.

Como seguramente sabes, Alex investiga a todas las personas que me rodean y por supuesto que cuando su gente buscó los antecedentes de Nicholas Miller, encontraron a un médico, famoso en la rama de la fisioterapia; un alma bondadosa cuyas manos mágicas hacían milagros. Lo único que no pudieron encontrar fue que ese hombre falleció hace un par de años, bien hecho, lo escondiste muy bien.

Pero una vez que supe tu verdadero nombre, el investigador de Alex no encontró absolutamente nada de ti, fue difícil ¿sabes?, enterraste profundamente tu verdadera identidad, cosa que fue aún más sospechosa, sin embargo, aparece Marion en la historia, una ex agente de la CIA, cuyas habilidades informáticas sacaron a la luz tu verdadera identidad.

>> Admito que fue una verdadera sorpresa, aunque si lo piensas bien, eso explica tantas cosas; tu obsesión por que confesara contra Alex; que te contara de él; que quisieras alejarme de él; el enojo con el que lo veías sin siquiera conocerlo.

Al principio creía que te gustaba, incluso sentí que había algo entre nosotros, pero una vez que supe tus verdaderas intenciones, caí en cuenta que todo fue mentira, que sólo querías usarme, así que decidí devolverte el favor.

Cuando mencionaste a Cameron también lo investigamos y efecto era un agente del FBI; su participación en casos relacionados con la mafia era frecuente, al menos en eso no mentiste, lo que sí olvidaste decir es que te reportaba a ti: "la mano que mece la cuna".

Tu padre Hugh Johnson, tu madre Elisa Jamie Ness, hija de Alexander Jamie y Clara Ness, quien a su vez fue hermana de Eliot Ness. Déjame adivinar, ¿creciste con historias de él? ¿tu mayor sueño era tener a tu propio equipo que fuera tan exitoso como lo fueron Los Intocables?

Amargas PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora