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Hace muchos años, grupos de inmigrantes de diferentes nacionalidades se establecieron en el país; su familia en particular hizo su inmensa fortuna como consecuencia de la "fiebre de oro", pero al igual que el resto, la acrecentó por medio de negocios ilegales para conservarla.

Con el paso del tiempo se agruparon en "familias" para ejercer su control en el país intentando incrementar su zona de influencia, lo que las convertiría en "las más poderosas". Años después como resultado de las disputas por territorios en pro del negocio propio, varias familias quedaron en la ruina quedando ocho.

Los ingleses poseían el dominio de las armadoras de autos, pero traficaban cientos de mercancías ilegales provenientes de Europa; los franceses se hicieron dueños de restaurantes y algunos hoteles; los italianos de casinos y controlaron sindicatos; los rusos controlaban el petróleo y sus derivados, así como el tráfico de armas, cuyos clientes principales eran los países que iban a la guerra o se encontraban en ella.

Los alemanes se adueñaron de la venta de bebidas alcohólicas; los chinos eran expertos en la creación de drogas sintéticas que distribuían en sus tiendas minoristas; los vietnamitas se enfocaron en casas de apuestas clandestinas y los japoneses controlaban la prostitución y el tráfico de personas.

Pese al descontento de los europeos por los negocios elegidos por sus (ahora) contrincantes, respetaron su decisión y se mantuvieron al margen, siempre y cuando ellos también lo hicieran.

Los alemanes además cumplían el rol de intermediarios, cuando alguna familia entraba en disputa con otra, ellos mediaban para arreglar los asuntos. Sin embargo, el control de los estados afectaba las relaciones de paz especialmente entre europeos y asiáticos, en consecuencia, todos fueron a la "guerra".

Las bajas de todos ellos eran muchas, por lo que los abuelos de Dominik hicieron uso de sus habilidades "negociadoras", reunieron a los jefes de las ocho familias para acordar la repartición de territorios; tardaron meses en llegar a un acuerdo, pero su empeño en que las disputas entre las distintas nacionalidades terminaran, rindió frutos.

Cuando el control pasó a la siguiente generación, los Nguyễn intentaron apoderarse de otros territorios argumentando que no había sido justa la repartición; esta vez los padres de Dom fueron quienes intervinieron para evitar que la guerra entre las familias comenzara de nuevo.

Se reunieron con el señor Chuong, pero él no estaba dispuesto a ceder y los asesinó. Inmediatamente las otras familias europeas subieron la guardia, intentaron hablar con los Zhai Di (chinos) y los Satō (japoneses), todos sabían que fue una traición de primer nivel, pero Chuong se había adelantado y los orientales ya se habían aliado

Dominik pidió el apoyo de las otras familias para vengar la muerte de sus padres, quienes aceptaron sin dudar, debido a que su solicitud cumplía el único requisito indispensable: un motivo justo.

Los Zhukovsk (rusos) prestaron a sus especialistas, Dasha y Sergery para que ayudaran a Dominik; Alex no participó en esa operación debido a que fue requerido por los Falivene (italianos) para defender Connecticut de los chinos y Melanie tuvo que ir a Francia junto con algunos de sus hombres a reclutar nuevos soldados. Todos los integrantes de las familias debían ser de la misma nacionalidad, así la lealtad era indiscutible.

Tres meses más tarde, después de una cuidadosa planeación, asesinaron al líder de los Nguyễn. Pese a que con ese acto las ocho familias habrían podido volver a hacer "las pases", ninguna estuvo dispuesta a levantar la mano y hacer un trato.

Dominik, cegado por la ira, quería acabar con los vietnamitas por completo; la familia de Dasha y Sergery estuvo dispuesta a ayudarlo en su misión, pero el resto, convencidos por el padre de Alex se hicieron a un lado; la venganza había sido cobrada y era momento de volver a negociar.

Amargas PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora