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Tras repasar las historias tanto de Nick como de Luan, comencé a buscar algún cabo suelto o hueco que me permitiera darle un giro a las cosas.

— ¿Nick? ¿En serio siempre fuiste honesto conmigo?

— Sí, salvo por mi identidad, pero en parte era cierto, era el personaje que debía interpretar.

— ¿Qué hay sobre lo que sentías por mí?

— También es cierto — guardó silencio, se acercó hasta mí para verme a los ojos — fue la única falla de mi plan, no contaba con que me enamoraría de ti. Al principio sólo eras un objetivo, pero me cautivaste.

— ¡Oh por favor! — exclamó Mizuki — van a hacerme vomitar.

— Y, ¿dejarás que me mate?

— No, me prometió que podría quedarme contigo.

— ¿Ah sí? ¿Y cuál es tu plan? ¿Llevarme a otro país? ¿Secuestrarme y esperar a que sufra del síndrome de Estocolmo?

— No, en realidad pensaba pedirle ayuda a una vieja amiga, ¿sabes de quien hablo verdad?

La gitana que me hipnotizó, pensé.

— Pero en cuanto a tu ella — señaló a Mizuki —, ella se queda con Luan.

— Me vale lo que le pase a esa mujer, mató a mi abuela y si Luan no lo hace yo lo haré.

— ¡Dylan! — gritó Luan — ¡Ven aquí un segundo!

— Ahora vuelvo.

En cuanto Nick se marchó, mi memoria empezó a actuar, trayendo a primer plano los recuerdos de mis sueños pasados; la historia volvía a repetirse, sólo que esta vez el papel de Michael era interpretado por Nick, al igual que él, estaba enamorado de mí o al menos con esa excusa justificaba su actuar y empeño por alejarme de Alex.

En ambos casos habían pactado para quedarse conmigo y si cabía la mínima posibilidad de que mis sueños ocultaran más verdades, necesitaba demostrarle a Nick que Luan era un maldito mentiroso para que recapacitara.

— Psss — susurró Mizuki —, Sophia.

— No pienso hablar contigo, así que lo que sea que piensas decirme ahórratelo.

— Basta, no es momento de ser infantil, si conoces a Alex tanto como dices y su pasado, debes estar consciente que bajo ciertos escenarios las alianzas son necesarias aún entre enemigos.

— No hay nada que necesite de ti más que verte muerta.

— Escúchame, creo que hay una posibilidad de hacer que tu amigo el médico se ponga de nuestro lado o al menos deje de estar del de Luan.

— Lo sé y haré que eso pase, así que te lo vuelvo a repetir, ahórrate lo que tengas que decir.

— No seas estúpida, para cuando lo descubras ambas estaremos muertas, porque si crees que Luan cumplirá con el trato de dejarte ir, eres demasiado ingenua y cuando tu amigo se dé cuenta será muy tarde para ambas. Así que ¿tenemos un trato?

— ¿Qué trato?

— Te ayudaré a convencerlo y cuando lo haga ambas saldremos de aquí, tu persecución y venganza se quedará entre nosotras dos.

— ¿Es algo así como retírate hoy y pelea mañana?

— Sí como sea, ¿trato?

— Bien, ¿cuál es el plan?

Antes de que Mizuki pudiera explicarme lo que se le había ocurrido, Nick volvió con nosotras; sabía que necesitaba encontrar algo que no encajara en lo que Luan le dijo; por desgracia contaba con poco tiempo para hacerlo, sin mencionar que no tenía la mínima idea de que podría ser; miré a Mizuki, ella asintió, si pudiera leer la mente diría que pensó "confía en mí".

Amargas PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora