Naruto FEM. la hija del jubi

Decadencia y el jutsu de invocación.

días pasaron desde es intenso entrenamiento. A la semana, toda la familia se enteró de la decadente situación de Karina, ya que en esa semana había perdido su segunda cola. Sarah había sido confrontada por Jiren y Roku acerca de porque se veía tan preocupada por Karina y por Kari, la primera vez Sarah se pudo zafar de la situación con una verdad a medias, pero pronto y con la intervención también de Kamila y Korina, mientras espiaban el análisis clínico de su hermana, descubrieron que la salud de la regente estaba en riesgo. Al saber esto, la familia empezó a tomar más protagonismo en las actividades de reforestación y expansión de la aldea, ya que estas en su mayoría de las veces, las hacia Karina por sus reservas infinitas de chakra, pero con su constante decaimiento, o ya los jutsu la fatigaban o a veces ni los podía hacer. La familia al inicio cuando lo descubrieron, hizo lo posible para encubrirlo, ya que, aunque el jubi estuviera perdiendo su fuerza, era parte de la familia y tenían que protegerla de todo, lo más difícil era protegerla de sí misma.

Mientras tanto, Madara seguía como guardaespaldas de la reina, pero ya había visto con su rinnegan que el poder de la reina estaba decayendo, el por sus propios sentimientos no dijo nada, pero se ofrecía a hacer todas las cosas por la reina, además de que se ofrecía para ir a recoger a la princesa y para llevarla a pasear y cuidarla. A Karina le sorprendió el cambio en Madara, pero aun así no se involucró más, su mayor preocupación al momento era su salud, su nación y al final su hija, no tenía mente para otra cosa. Hablando de su nación, Jiren había instruido a tazuna de la salud de la reina, pero le advirtió que esa información era muy delicada y nadie excepto ellos dos deberían saberlo, esto para, si estaba en sus posibilidades, alivianar la carga laboral de la reina y dejarle a ella solo las decisiones que solo ella podía tomar.

Mientras con los padres y los hermanos y sus parejas al tanto de su situación, estos tomaron muchas de sus responsabilidades, alegando a la frase de "entre todos nos debemos ayudar" instaurada por la reina, diciéndole indirectamente que ellos la podían ayudar, además de que no debería de encargarse de todo sola. Esta actitud hizo que la reina fuera vista poco por el reino estos días lo que levantó sospechas de que su estado de salud estaba comprometido, o quizás hasta de que estuviera embarazada de Madara Uchiha, ya que la mayoría del tiempo, el Uchiha se encontraba escoltando y resguardando a la reina, mientras sus clones de madera apoyaban al pueblo con todo tipo de labores, cabe destacar que también mandaba dos clones de madera a la academia ninja para cumplir su rol de conferencista ocasional.

Una semana después, en uno de los entrenamientos ocasiónales de Kari con Madara, la pequeña princesa se mostró muy insistente en que su maestro le enseñara un movimiento único, entonces Madara le ofreció un jutsu del elemento fuego, la bola de fuego, la pequeña princesa hizo un puchero diciendo que ese jutsu era demasiado básico, que quería aprender un jutsu de muy alto nivel, uno que sea tan fuerte como la fuerza sobre humana de su abuela, o el mar de lava de su tío, a Madara le salió una vena en la cabeza ante lo dicho por la princesa, ya que aunque su fuerza era extraordinaria, esta se debía al entrenamiento físico, y el jutsu de mar de lava era el jutsu insignia de su tío y solo él lo sabía hacer, hasta en cierto momento tara le había comentado a Kari que ella le había insistido a su padre que se lo enseñara pero este se negó y le menciono que se lo enseñaría cuando ella pasara a ser capitán o subcapitan de una formación ninja (uno de los dos jounin que dirigen un equipo de 5 miembros). Madara entonces le dijo a la princesa que debería empezar por lo básico, que cuando aprendiera todos los jutsu desde el rango "d" hasta el "a" y los pudiera hacer con menos de 5 posiciones de mano cada uno, le enseñaría su jutsu insignia de fuego: el jutsu mar de llamas. Ante esto la princesa se encogió de hombros, pensando que sería un camino arduo y por como lo decía Madara, hasta algo aburrido, lo que hizo que la princesa le dijera a Madara que estaba cansada y que quería mejor salir a pasear. A Madara no lo quedo de otra que cumplir con los deseos de la princesa y la mando a que se aseara mientras él le avisaría a su madre que saldrían a dar un paseo.