180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]

🧁 14. CELESTINA 🧁

IRINA

– Antes de que nos vayamos, quiero presentaros a alguien.

Un hombre de complexión robusta, fuerte, y grande aparece por la puerta principal de la casa. Es muy alto y tiene el pelo igual de largo que Lucas. Tienen el mismo porte, aunque este señor creo que es algo más mayor, por las arrugas de expresión que tiene en algunas partes de la cara.

Observo las caras de Nina y Levi, igual de confusas con la mía.

– Será mi guardaespaldas para las dos semanas que esté en Nueva York – explica Travis.

– ¿Y Lucas? - pregunto confundida.

– Tiene vacaciones, igual que ellos – mira a mis compañeros.

Aurora pone los ojos en blanco ante la mención de esa palabra, y sale dejándonos solos. Me acerco a Travis para que nadie más pueda escucharme.

– ¿Por qué todos tienen vacaciones y yo no?

– Porque el trabajo del resto no es imprescindible y el tuyo, el cual es mantener la casa limpia hasta que lleguemos, sí lo es. Quiero todo en orden para cuando volvamos. Además, Camille cuenta contigo para empezar a enseñarte. Segundo motivo por el que no puedes irte de aquí. ¿Claro?

– No me parece justo – susurro irritada.

– La vida no es justa, pastelito.

Me rodea para pararse frente a los demás.

– Como decía, Leo es quien vendrá conmigo.

– ¿Y cuando vuelvas? - pregunta Nina.

– Leo se quedará con nosotros, al igual que Lucas.

– ¿Porqué ahora requieres dos guardaespaldas? - pregunta Levi confuso.

– Porque lo prefiero – me mira de reojo - ¿Alguna duda más?

– No – responden al unísono.

– ¿Irina? - me mira cuando ve que no hablo.

– Todo claro – respondo con los dientes apretados.

– Bien. Os podréis conocer mejor cuando volvamos. Nos vemos.

Se coloca sus gafas de sol y sale por la puerta, con Leo pisándole los talones.

– Irina – me llama Aurora desde la puerta, dedicándome una mirada de asco – Mete mis maletas en el maletero del coche. No tengo todo el día.

Cojo las dos maletas XL de la señora y las bajo por la escaleras hasta llevarlas al Lamborghini, donde Travis mete las suyas.

No sé que lleva en las maletas, si ropa o piedras. Que barbaridad. Me va a dar una lumbalgia como mínimo.

Aurora se adentra en el asiento del copiloto y Travis rodea el coche hasta pararse detrás mía.

– No quiero ningún desconocido en mi casa.

– No te preocupes, los veré fuera.

– No hagas ninguna tontería.

Me giro y me cruzo de brazos para mirarlo.

– ¿De qué tonterías estamos hablando? ¿De follarme a críos?

– Irina – masculla y le echa una mirada de reojo a su mujer.

– Es a lo que te refieres, ¿no?

– Compórtate. No me gustaría echarte cuando llegue.

– No caerá esa breva. ¿Algo más, señor Travis?

Sus puños se abren y se cierran intentando recuperar la paciencia que le estoy quitando. Con media sonrisa, me acerco y me paro en su oído para susurrar.