TRAVIS
No sé como sacar toda la frustración que llevo dentro. Ahora mismo, mataría a Aurora y se la daría de comer a su propia perra.
Por otra parte, encontraría a Irina y la cuidaría como mi mayor tesoro.
Pero nada de eso puedo hacer. Intento mantener la calma en todo momento, pero es complicado. Me paso por el forro de los huevos la presencia de Aurora, porque ella no provoca nada en mi, más que asco e indiferencia, pero el no conseguir encontrar a Irina... me está volviendo loco. Más loco de lo que nunca he estado.
Llevo ocho días intentando localizarla, con llamadas, viendo a sus amigos, buscándola por las calles... es como si la tierra se la hubiese tragado.
Y pensar que no está bien... se me comprime el pecho y las náuseas suben por mi esófago. Jamás he sentido tanta agonía y angustia. Necesito saber de ella, al menos quedarme tranquilo sabiendo que está en condiciones, sin estar en peligro.
He probado mil formas para tranquilizarme, y boxear es la única que me hace desconectar algo más, aunque la desconexión no dura mucho tiempo.
Estoy golpeando uno de los sacos que hay en mi gimnasio cuando veo entrar por la puerta a Lucas y a Leo. Inmediatamente paro y me acerco a ellos deprisa.
– ¿La habéis encontrado?
– No hay manera – Lucas se pasa una mano por la barbilla.
– Si no tenemos una ligera pista, no tenemos nada – dice Leo.
– ¡Vosotros trabajáis para salvaguardar la vida! - les grito enfurecido.
– De las personas con las que mantenemos contacto. No podemos hacerlo con ella si no sabemos donde está.
– No es fácil, Travis – traga duro Lucas – París es enorme, no podemos ir casa por casa, hotel por hotel... esa no es la cuestión.
– La cuestión es que tiene que aparecer. Ya.
Los dejo a un lado y salgo del gimnasio hacia la planta de arriba. Para acelerar el proceso, lo primero que tengo que hacer es quitarme a mi mujer de encima.
– Aurora.
– Dime – levanta la vista de la revista.
– Tienes que irte – me planto frente a ella.
– ¿Perdona? - se levanta confusa.
– Si. Alguien necesita comprobar que todas nuestras tiendas europeas marchan bien. Igual que las de Nueva York.
– Tendremos que ir los dos.
– Yo necesito quedarme aquí. Tengo que estar pendiente de que todo lo relacionado con el premio vaya bien. Tú te encargas del resto.
– ¿Cómo me vas a mandar a recorrer Europa sola? - masculla.
– Te las das de lista e independiente, ¿no? No vas a tener problema – me encojo de hombros.
– Yo también necesito estar aquí para asegurarme y realizar muchas cosas. Como por ejemplo, buscar ya una puta chacha. La plancha se acumula – gruñe.
– De eso me encargo yo. Habrá una asistenta para cuando vengas – digo seguro.
– ¿Y a dónde tengo que viajar exactamente? Porque a todos los países es una barbaridad. No estaría aquí ni para el día del premio.
No caerá esa breva.
– Visitarás las capitales de Alemania, Italia, Reino Unido, Bélgica, Portugal y España. Con el resto de países, haré una llamada a los respectivos embajadores para asegurarme de que todo está bien.
ESTÁS LEYENDO
180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]
Romance** BILOGÍA 180 DÍAS** LIBRO 1 Irina Estoy en un lugar seguro. Me gusta que cuiden de mi y ser atendida. Odio estar enferma, pero si tengo en cuenta mi vida de fuera, estar en un hospital es lo mejor que me puede pasar. Aunque mi opinión cambia cuan...