🧁 23. DESTROZADO 🧁

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IRINA

Me despido de Camille nada más salir del teatro. Hoy no me lleva a casa de Kennedy como todos los días. Me tengo que quedar en el centro un rato más.

Voy con una sonrisa en la cara, porque cada vez los ensayos van mucho mejor. Las caídas que tenía al principio, han desaparecido. Los nervios y la inseguridad también. Las tres semanas que llevamos ensayando en este sitio nuevo me están renovando a mi también.

También creo que me beneficia el llevar un mes sin ver a Travis. Con él siempre estaba en tensión y con inquietud. Me ponía nerviosa saber que me estaba viendo y hacerlo mal. Siempre esperaba sus malas palabras.

En cambio con Camille todo es diferente. No lo hago perfecto, y creo que nunca llegaré a hacerlo, pero ella no me humilla. Me dice los fallos con sinceridad y educación a la vez. Sin duda se está convirtiendo en alguien importante para mi.

Quiero convencerme de que los dos meses que conviví con Travis no fueron tan importantes para mi, pero no puedo engañarme a mi misma. Quizá el tiempo en general no fue importante, pero si nuestros momentos.

Me sigo acordado de él igual que el primer día. Además, es imposible desvincularme de su existencia cuando vivo con su hermano. Muchas veces tengo que esconderme porque aparece sin avisar y termino escuchando todas sus conversaciones. Que voy a hacer, el hombre tiene un tono de voz alto.

Aún no escuchándolo, no puedo olvidarme de él. Durante el día suelo estar más distraída y mi cabeza tiene menos tiempo para pensar, pero cuando llega la noche es cuando peor lo paso.

Recuerdo su voz, sus gestos, su mal humor, sus manías, sus órdenes, su seriedad, sus carcajadas esporádicas, sus castigos, su forma de demostrar como se besa de verdad... Lo echo de menos, tengo que admitirlo, pero esta vez mi orgullo es más fuerte.

Sé que me está buscando, me lo han dicho y lo he escuchado decir de su propia boca, pero... tengo que ser valiente y no caer de nuevo en sus redes. Pudo haber evitado mi marcha y no lo hizo. Tiene que acarrear con las consecuencias. Que sepa que no siempre va a salir inmune.

Cuando llego a mi destino, no muy lejos de las calles principales, tomo una respiración profunda y toco al timbre.

Es la única casa de la que me han llamado de todas a las que presenté mi oferta de trabajo. No es una mansión como la de Travis y Aurora, pero tampoco es una casa pequeña. Aparentemente es como la de los trillizos. Son ricos, pero no millonarios.

La puerta se abre y me quedo confundida al ver a un chico igual de joven que yo. Su pelo es moreno, su tez blanca y sus rasgos finos. La sonrisa que traía se acentúa cuando se me queda mirando unos segundos de más.

– ¿Hola? - me aclaro la garganta – Creo que me he equivocado...

– No, no. Es aquí. Vienes por la oferta de trabajo, ¿verdad?

– Si – asiento.

– Pasa.

Me adentro en el interior y lo sigo rezagada hasta una puerta cerrada.

– ¿Tú eres...

– ¿El dueño? No, ojalá – se ríe mirándome por encima del hombro – Esta casa es de mis padres. Yo solo soy el hijo heredero.

– Vaya. Algo es algo – me río también.

La puerta se abre desde dentro y un hombre y una mujer aparecen con semblante relajado y contento. Supongo que son sus padres. Me saludan y me guían hacia dentro. Acabo sentada en una silla con ellos tres en frente.

No entiendo porqué todos los ricos o los que tienen casas enormes disponen de un despacho. Siempre he tenido entendido que no es lo normal.

– ¡No empecéis sin mi!

180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora