TRAVIS
Un puto día más aquí encerrado y mataré a todo el que se me atraviese. La paciencia se me está agotando y no sé cuanta más voy a tener si me dicen que tengo que seguir encerrado en esta habitación de mierda. Ya ni los paseos por la planta me calman. Y para colmo, tengo que comer a horas que no se estilan. Cuando ni siquiera tengo una pizca de hambre.
Miro la bandeja que tengo en frente con asco. No he probado comida más mala que esta. Sin duda, lo que más echo de menos de mi casa es la comida.
Me siento en el sillón y me paso las manos por el pelo angustiado. Esto es un infierno. Llevo una semana aquí, la cual parece un puñetero año.
Levanto mi vista cuando la puerta se abre. Mi amigo entra con una sonrisa en la cara.
– ¿Por qué sonríes? - gruño.
– ¿Por qué no hacerlo? - sonríe aún más.
Coge una silla libre y se sienta frente a mi.
– ¿No comes? - señala los platos con un movimiento de barbilla.
– ¿A las una de la tarde? ¿Quién en su sano juicio tiene hambre a estas horas?
– El hospital te pone de peor humor aún más de lo que estás habitualmente.
– Anda, no lo sabía – digo irónico – Si fueras tú quien estuviera en mi lugar...
– Me lo tomaría con calma, no como tú – me interrumpe – No es que vayas a estar aquí toda la vida. No le des más vueltas a algo que tú no tienes el control. Pronto saldrás y volverás a tus quehaceres.
– Ahí fuera, hay una empresa que me necesita, joder – mascullo – Y estoy perdiendo demasiado tiempo. Además, estoy perfectamente.
– Perfectamente no estarás cuando no te dan el alta – contradice – además, de la empresa me estoy encargando yo. Va todo como siempre, sobre ruedas. No hay ningún problema. No debes de qué preocuparte.
– Odio este sitio – me levanto con furia.
– A nadie le gusta los hospitales – anda detrás mía.
Salgo al pasillo con mi gotero en mano y paro a la primera auxiliar que me encuentro.
– Dime ahora mismo cuanto tiempo me queda aquí – gruño cogiéndola del codo.
– Travis – me coge mi amigo del otro brazo.
– S-señor, yo no sé esa información...
La auxiliar me mira con ojos asustados y la cara pálida. La suelto antes de cometer una locura y me meto en mi habitación arrastrado por Aiko.
– ¿Qué te hace pensar que puedes hablarle así al personal? - me mira de mala manera.
– Soy superior. A todos – gruño.
– Eres gilipollas, que es diferente. Come y tranquilízate. No puedes hacer absolutamente nada.
– Cargarme a todos.
– Nunca has matado a nadie – enarca una ceja.
– Siempre hay una primera vez para todo.
– La medicación que tienes conectada en la vena te está haciendo delirar.
Se sienta en la silla mientras lo veo poner los ojos en blanco. Me siento yo también y cojo la cuchara para llevarme un poco de sopa a la boca. En cuanto la saboreo, la escupo.
– Esto es incomestible. Parece veneno para ratas – tapo el plato de nuevo.
– Llama a Nina para que te traiga comida de la suya – se ríe.
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180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]
Romance** BILOGÍA 180 DÍAS** LIBRO 1 Irina Estoy en un lugar seguro. Me gusta que cuiden de mi y ser atendida. Odio estar enferma, pero si tengo en cuenta mi vida de fuera, estar en un hospital es lo mejor que me puede pasar. Aunque mi opinión cambia cuan...