180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]

🧁 33. NUESTRO SECRETO 🧁

IRINA

– ¿Cómo es la relación ahora? - pregunta Wendy cuando le cuento nuestra estancia en la playa.

– Mala, como me imaginaba – suspiro.

– ¿Vuelve a ser un gilipollas después de todo?

– No del todo. Simplemente pasa de mi.

– Maldito rico de mierda – me llega su gruñido a través del teléfono.

– Estoy acostumbrada a sus cambios.

– No te mereces que te trate así. O todo o nada, a medias no.

– Lo sé. Hablaré con él – digo seria.

– Déjale las cosas claras. No puede estar encima tuya nada más cuando le apetezca.

Me da rabia admitirlo, pero tiene razón. Travis siempre me utiliza. Después de los días en la playa guardaba un ápice de esperanza porque su comportamiento fue mucho mejor en comparación al de otras veces, pero llevamos cinco días en casa y todo ha vuelto a ser lo mismo.

Apenas aparece por casa y cuando está, ni siquiera me mira. Está haciendo todo lo posible por evitarme y no lo entiendo. Alomejor se ha dado cuenta de que le traigo más problemas que beneficios. O que está mejor sin mi.

No sé que le está pasando por la cabeza para ignorarme de la forma en que lo hace. Ni siquiera ha venido a acompañarme a los ensayos, como acostumbraba a hacer.

No quiero que me duela, pero lo hace. Nos compaginamos tan bien estando juntos que me parece surrealista que tengamos que estar separados. Los problemas siempre tienen soluciones, y si de verdad quisiera, dejaría a su mujer para no tener que esconderse conmigo.

Opto por pensar que él no siente por mi ni una cuarta parte de lo que siento yo por él. A mi me daría igual arriesgarme a salir en los medios, me daría igual salir criticada o incluso ser vetada en el resto de casa para el resto de mi vida. Me daría igual con tal de estar con él. Apostaría eso y mucho más.

Pero eso de estar en la misma sincronía con alguien solo debe pasar en los libros. En la vida real todo es diferente. Más complicado y menos perfecto.

Mi corazón se acelera sorprendido cuando salgo al jardín y me encuentro a Travis a un lado de su coche. Estos días ha sido Levi quien me ha llevado a casa de Camille, pero hoy no lo veo por ningún lado y solo está mi jefe, mirándome de pies a cabeza.

– ¿Me vas a llevar tú? - pregunto como si nada mientras me acerco.

– Si – se monta – Tenemos que hablar cuando volvamos.

– ¿Hablar? - lo miro incrédula - ¿Acaso sabes hacerlo?

– No estoy para ironías.

Decido callarme. No pienso rebajarme a su nivel. Vuelvo a optar por la indiferencia. Es lo que más duele, y sino, que me lo digan a mi.

Me bajo con un portazo al llegar y ando apresurada para dejarlo atrás. Saludo a Aiko con un beso en la mejilla como siempre y voy hacia abajo para encontrarme con Camille.

– Hola – frunzo el ceño al ver a una mujer al lado de ella.

– Irina, tenemos que tomarte medidas de nuevo. ¿Me permites?

Ya caigo en quién es. Es una de las modistas que hacen los trajes para el día del premio. De hecho, ya me estuvo tomando medidas hace algunas semanas. No fue suficiente, al parecer.

– ¿Tenemos ya el modelo? - le pregunto a Camille.

– Si. Es un vestido rojo, elegante y muy peculiar a la vez. Nunca visto.