IRINA
He decidido sacar de quicio a Travis. Después de tantos días conviviendo, me he dado cuenta de que es una persona que le gusta tener todo bajo control. Tanto a las cosas como a las personas.
También he observado que le gusta emanar autoridad, estar siempre impoluto y que nadie lo vea perder los nervios. Por lo tanto, me voy a dedicar a mandar a la mierda toda la paciencia que tenga.
No le gusta que le lleven la contraria, y yo lo hago. No le gusta que le contesten en público, y yo lo hago. No le gusta que jueguen con él, y yo lo hago. No le gusta que le desobedezcan, y yo lo hago más y más.
Quiero sacar a relucir la parte que es y no muestra a los demás. Quiero que no sea siempre el hombre perfecto. El hombre que es dueño de la mejor Marca del país. Quiero que se salga de la línea. Quiero que pierda los estribos. Quiero que sepa lo que es no ser admirado. Ni idolatrado. Tal y como he sido yo durante toda mi vida.
Me gustaría convertirlo en una persona humilde. También en un ser algo más agradable. Al menos inculcarle algunos tipos de valores. No sé si lo conseguiré, porque no soy nadie para él, pero... si con estos actos, consigo ridiculizarlo y que sea él quien se vea en la parte baja de la cima alguna vez, no estaría mal. Alomejor así podría replantearse como tratar a algunas personas.
Ha intentado muchas veces hacerme caer, o dejarme en ridículo. A priori, se lo he permitido, pero ya habrá notado que le he devuelto cada comentario y cada jugada.
Si me va conociendo un poco, debe saber que no me voy a callar ante nada. Esto podría ser fácil si él quisiera, pero se empeña en hacerlo difícil.
Yo no tendría ningún problema en pasar de él y hacer mi trabajo si me dejara tranquila, pero se empeña y se empeña en buscarme. Hasta que me encuentra.
Seguramente pensó, cuando me vio por primera vez en el hospital, que era una niña callada y sumisa. Yo también me consideraba así, sobretodo en el ámbito laboral, pero hasta yo misma me he sorprendido de mi cambio.
Jamás le he llevado la contraria a ningún jefe. Jamás me he revelado contra nadie. Y he de decir que en la anterior casa que estuve, lo pasé incluso peor. Aún así, no discutí con nadie. No saqué a relucir ningún tipo de carácter.
Pero ahora entiendo lo que muchas personas dicen sobre el límite. Todos tenemos uno, que llega antes o después. El mío ha llegado al entrar en esta casa. No soporto las personas engreídas, grandiosas, egoístas y maledudacas. Si las aguanto, es porque mi trabajo me obliga a ello.
Raras son las personas de esta categoría con rasgos como la humildad. Las hay, porque mis amigos y sus padres son un claro ejemplo de ello, pero poco más he conocido.
Así que por lo pronto, tengo un objetivo en esta casa, y es humanizar al señor Travis. Quiero darle lecciones a base de nuestros enfrentamientos. Mensajes con indirectas guardadas. Cualquier cosa que sea suficiente para cuando llegue al final del día y se encuentre en la cama a punto de dormir, se replantee su existencia en este mundo. Su forma de ver las cosas, y mucho más importante, su forma de tratar a las personas.
Y pensando en el Rey de Roma, lo veo a lo lejos, en el sofá del salón principal sin quitarle la vista al móvil. Queda una semana para su cumpleaños, según Nina, y me replanteo comprarle unas gafas. Se va a quedar ciego en cualquier momento.
Yo me considero adicta al móvil, porque el noventa y nueve por cierto de los jóvenes lo somos, pero lo de este hombre va mas allá de la adicción. Rara vez lo veo haciendo otra cosa. O es mirano el móvil, o es bebiendo alcohol. A veces las dos a la vez.
Eso sí, jamás lo he visto borracho. Vaya aguante. Algún día que no estemos matándonos con la mirada o con palabras, le preguntaré que truco utiliza para ser un embudo. Todo lo que le entra, le debe salir por algún lado, porque desde luego que en el interior no se le queda. Siempre se le ve fresco como una rosa. Yo a la mínima gota de alcohol, ya estoy diciendo estupideces y actuando vergonzosamente.
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180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]
Romance** BILOGÍA 180 DÍAS** LIBRO 1 Irina Estoy en un lugar seguro. Me gusta que cuiden de mi y ser atendida. Odio estar enferma, pero si tengo en cuenta mi vida de fuera, estar en un hospital es lo mejor que me puede pasar. Aunque mi opinión cambia cuan...