IRINA
Miro mi ropa echa un guiñapo en el suelo. ¿En qué momento me dejé llevar anoche de esa manera?
Lo último que recuerdo es estar discutiendo con semejante prehistórico y al parpadeo siguiente tener su miembro dentro de mi.
Ojalá pudiera echarle la culpa al alcohol, pero no. Estaba completamente sobria. No tengo motivos para excusarme de lo que hice. Tampoco es que pueda engañarme a mi misma. Lo quise, lo desee y lo disfruté. Hay que ser tonta para no hacerlo.
Lo único que me enfada es haber cedido tan fácilmente después del cabreo monumental que tenía. Estoy aquí en contra de mi voluntad y solo se me ocurre follármelo. Así, de gratis. Por toda la cara.
Aunque pensándolo fríamente, ya no veo tan mal estar aquí. Tengo una casa a mi libre y entera disposición y una playa también. Sigo rodeada de lujo y encima no estoy trabajando. Puedo permitirme descansar y dejar mi orgullo a un lado.
Me levanto de la cama y me pongo el vestido de ayer. No tengo más prendas de ropa. No sé si planea que nos quedemos aquí por mucho tiempo, pero no puedo llegar a París siendo un oso oloroso. Ni siquiera tengo ropa interior limpia, y la de ayer tiene que estar completamente asquerosa por todo lo que me mojé. Por su maldita culpa.
Decido dejar las bragas en una esquina para lavarlas después y salgo de la habitación con mi entrepierna al aire. Espero que nadie se de cuenta.
La casa está en completo silencio y me pregunto donde estará Travis. Son las nueve de la mañana. Demasiado temprano para un día de supuestas vacaciones, pero tengo el sueño alterado desde hace tiempo. La mayor parte del tiempo de mi vida he tenido que madrugar, así que ahora lo hago por instinto.
De todas maneras, hoy no he dormido prácticamente nada. Me ha costado pegar ojo con la imagen en la cabeza de nuestros cuerpos unidos y el sonido de sus gemidos en mi oído. Habré dormido como mucho... una hora. Con suerte.
Vislumbro el salón y la cocina y no hay rastro de él. Me acerco a la encimera y veo un café preparado en una taza al lado del microondas. También unas tortitas con sirope de chocolate por encima. Mi estómago se revuelve hambriento reclamando la comida. Pero antes de probar bocado tengo que encontrar a Travis. Solo faltase que fuese su comida y me ahogase en el mar por habérmela comido.
Abro la puerta y me cubro los ojos del sol. El aire acondicionado se queda dentro y los rayos de sol golpean mi cara y cuerpo, haciendo que entre en calor de inmediato.
Arrugo los ojos intentando no perder la visión y ubico a Travis a unos metros, tumbado en la arena con la tabla de surf al lado. Ya tiene que tener energías para surfear tan pronto. Yo lo único de lo que tengo ganas es de tumbarme de nuevo.
He salido muy decidida, pero ahora no lo estoy tanto. Mis piernas tiemblan a cada paso que doy y la piel me pica y me suda por la inminente ansiedad.
Pienso y pienso y lo más lógico creo que es no mencionar nada de lo que pasó anoche. Con suerte, no sacará el tema y podrá pasar desapercibido. Prefiero estar matándonos a recordar teniéndole cara a cara.
Me acerco silenciosamente y lo observo. Está con los ojos cerrados, con las manos detrás de la cabeza y el cuerpo estirado completamente. La V que tiene en el vientre bajo se le marca y se le esconde en su...
Me ruborizo cuando las imágenes de la noche anterior vienen a mi cabeza. Yo he tocado ese cuerpo. He probado parte de él. Soy una privilegiada.
– ¿Quieres una foto?
Pego un respingo de sorpresa ante el gruñido que sale de su boca. Sigue estando con los ojos cerrados. A veces pienso que sea un ser paranormal y tenga ojos en la parte de atrás de la cabeza. Seguramente he sido yo quien no he tenido cuidado al acercarme.
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180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]
Romance** BILOGÍA 180 DÍAS** LIBRO 1 Irina Estoy en un lugar seguro. Me gusta que cuiden de mi y ser atendida. Odio estar enferma, pero si tengo en cuenta mi vida de fuera, estar en un hospital es lo mejor que me puede pasar. Aunque mi opinión cambia cuan...