IRINA
En cuanto la puerta se abre, le sonrío a Nina. Aunque más bien es una sonrisa nerviosa. Creo que me tiemblan los labios.
Ahora me arrepiento de haber aceptado el trabajo. Ni siquiera se porque lo he hecho. Supongo que porque necesito el dinero urgentemente.
– Pasa, pasa – me abre la puerta de par en par.
Entre las dos, metemos las cuatro maletas que traigo, además de un bolso gigantesco que llevo sobre mi hombro. No sé si se me ha olvidado algo. Si es así, puedo recuperarlo en cualquier momento. Ya estoy deseando tener algo de tiempo libre para ir a ver a mis amigos.
Trago duro cuando veo una figura frente a mi, en las escaleras. Travis baja y se queda parado en el tercer escalón, sus ojos fijos en los míos.
Ayer lo vi de traje, y aunque hoy el atuendo sea diferente, tampoco cambia mucho. Lleva una camisa azul que se le adhiere al cuerpo. Unos vaqueros, algo pegados, porque veo la forma de sus cuádriceps perfectamente.
¿Quien cojones lleva vaqueros en su propia casa? Jamás lo entenderé. Yo siempre ando en chándal, incluso con ropa agujereada, pero supongo que aquí tendré que comportarme algo más.
Subo la mirada a sus ojos de nuevo y noto diversión en ellos. Algún día le sacaré porque le hago tanta gracia. Quiero estrangularlo.
Me obligo a apartar la mirada de él avergonzada cuando me doy cuenta de que Nina me está hablando y no la estoy escuchando.
– ¿Perdona? - le sonrío disculpándome.
– Decía que puedes subir tus cosas a la habitación ahora, o después de cenar.
– Luego, la cena se queda fría – responde Travis por mi.
Pasa por nuestro lado, pero antes de que se adentre al salón, lo paro.
– Travis – me aclaro la garganta nerviosa - ¿Podemos hablar? Solo será un minuto.
Se vuelve hacia a mi, y asiente con la cabeza. Nina se va y lo sigo hasta su despacho de nuevo. Vaya, parece que en mitad de un pasillo no se puede tener una conversación. No le voy a decir nada importante. Me siento donde ayer y él en su sitio.
– ¿Vienes a pedirme otro día más para pensar tu decisión? - pregunta burlón.
– Quiero preguntarte si puedo aceptar visitas – ignoro su sarcasmo.
– Si, puedes. Siempre que yo tenga constancia de quienes son los que vengan.
Me relajo un tanto. Ya les presentaré a mis amigos cuando sea necesario.
– Y... ¿cuánto voy a cobrar? Ayer no hablamos del tema y...
– Cuatro mil euros. Al mes.
La saliva se me va por el otro lado y empiezo a toser. Me ofrece un vaso con algún tipo de líquido amarillento pero lo rechazo recuperándome.
¿Cuatro mil euros? ¿Es en serio?
Me esperaba que me dijese mil. Dos mil, yendo muy alto. ¿Pero esa cantidad? Joder, con esa cantidad puedo ahorrar lo suficientemente rápido para buscarme un pequeño hogar. Solo bastarán unos meses para irme de aquí y trabajar solo diurnamente.
– ¿Pasa algo? ¿Lo ves poco? - frunce el ceño.
– N-no, no – me aclaro la garganta – Está genial.
– ¿Algo más?
– No.
Me dispongo a levantarme pero alza su mano parándome. Me siento de nuevo y espero a que hable.
ESTÁS LEYENDO
180 DÍAS PARA ENAMORARME [+18] [LIBRO 1][TERMINADA]
Romance** BILOGÍA 180 DÍAS** LIBRO 1 Irina Estoy en un lugar seguro. Me gusta que cuiden de mi y ser atendida. Odio estar enferma, pero si tengo en cuenta mi vida de fuera, estar en un hospital es lo mejor que me puede pasar. Aunque mi opinión cambia cuan...