Harem

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Me mire al espejo y me pase las manos por la cara, me hubiera gustado tener barba, una corta como la del pordiosero del Velkan, me afeite esa mañana antes de hacer el ritual con el anillo así que jamás me crecerá.

- te vez bien así - me dice Dante desde la puerta del baño, utiliza camisas anchas ahora ya que paso de los cinco meses y se le nota - vamos a dormir - me señala la cama - hace frío me quiero acurrucar.

Dormi cómodamente como siempre cuando me acostaba al lado del él, todo parecía muy bien, pero paso algo cuando ya estaba amaneciendo, abrí los ojos y habia una luz azulada en la habitación, trate de pararme pero mi cuerpo no respondió, supongo que era lo que llamaban parálisis del sueño, esto era real, algo estaba en la habitación, una forma humanoide camino hasta la cama, era alargado y lleno de círculos de luz, su cuerpo era entre negro e indigo, era una visión impactante, las luces dentro de él brillaban y se movían, como pequeñas galaxias, como si fuera un ventana al universo, la manifestación de este, pequeñas aberturas a nuevas dimensiones, su cuerpo también se movía como agua que va cayendo, daba la sensación de que te podías lanzar en él como en una piscina.

Tuve pánico cuando quiso tocar a Dante, estiró su mano sin dedos como si fuera solo una silueta hasta su vientre, no pude hacer nada, no pude moverme, trate de usar mi anillo pero no sirvió, no funcionaba encontra de ese ser, su luz me estaba cegando y me obligó a cerrar los ojos los abrí cuando el resplandor azulado se fue ya había salido el sol y Dante no estaba al lado mío, mi cuerpo aún se sentía pesado.

- voy a citar a Altair para decirle lo de los bebés - escucho la voz de la avispa mientras se arregla para salir, debía ser temprano, Altair estuvo en la boda pero no sabía de los bebés - vamos, se que estás despierto - se me acerca gateando en en la cama, trato de hablar pero solo sale un balbuceo, él se ríe bajito - ¿no te puedes despertar cariño? ¿Tienes parálisis? - me dice jalando mi mejilla y hablándome como si fuera bebé - estás soñando feo, pobrecito, espera - me pone los pelos de punta cuando está jugueton, regresa con un marcador y cuando recupero la movilidad ya tengo media barba hecha.

- muy gracioso - reclamo mientras aún me trató de quitar los rastro del marcador negro de mi cara, estamos desayunando en su lugar favorito.

- pense que querías una barba - se burla con su risa de foca - además ya te he dicho que no me sobes la barriga al dormir, los niños se ponen a patearme - el mesero le trae una copa de vino lo que hace que altere, me ve la cara y vuelva a reír - es jugo, cálmate, le dije que me lo trajera en una copa - me aseguro que me este diciendo la verdad y dice la verdad, le encanta jugar conmigo.

Me está contando cómo planea un encuentro con su hijo, no lo vimos desde la boda, me alegra que estemos en esa etapa por qué al comienzo él estaba furioso, recuerdo cuando se entero del embarazo, esa noche habíamos salido a una discoteca, yo sabía que la avispa estaba en estado por el cuarto blanco, no debía tener ni un mes.

- dos cervezas - pidió haciendo que me alertara pero tenía que controlar mis pensamientos para que no se diera cuenta.

- aquí el alcohol es pésimo pide agua - le aconsejo haciendo que el camarero me mire molesto, hace poco me estaba coqueteando es bastante guapo pero desde que me acosté con Dante no he notado a nadie más y siento que tampoco quiero.

- debe ser pesimo para que arruines un acoston - me dice mientras mira su celular.

ANTES DE LA CONSEPCION

Aún seguía en el funeral de la vieja, fue un circo con los familiares de ella, una vez todo termino el muchacho se me acercó, había estado sonriendome, era mi idea o me estaba haciendo cambio de luces, parecía coquetear un poco, cuando estaba hablando con Dante en la sala mientras nos tomábamos unos tragos, me miraba de manera insistente, era evidente que estaba esperando que nos quedaramos solos.

Detrás de tu rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora