De monja nada

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Diego fue invadido por un llanto atroz, se sentó en el sofá y se tapó las cara con las manos, su llanto me producía una enorme pena.

- Diego tienes que irte - le digo temiendo que Dante arremeta contra él.

- Akira no seas infame, no se puede ir a así, mira al pobre bastardo - me dijo Dante, parecía estar tranquilo pero él era impredecible y peligroso.

- después hablare con él - digo tratando de levantarlo del brazo pero mi rubio se suelta.

- ¡¿no y que estaba muerto?! ¡¿solo estabas haciendo tiempo conmigo mientras volvías con él?! - me sentía fatal de verlo así, nunca me gusto que llorara y menos por mi.

- Diego para mi también fue una sorpresa saber que no había muerto - le digo, no quiero que ni lo piense, todavía estaríamos juntos de no ser por el maldito anillo.

- ¡eres un mentiroso! ¡un infeliz! - se levantó de golpe y empezó a golpear mi pecho, yo lo abrace para que se calmara, pasando por encima de mi instinto de alejarlo, cuanto lo había extrañado, estaba tan ocupado en Diego que repare en que Dante se acercó, cuando me percate ya había dejado a mi rubio inconsciente.

- ¡¿qué le hiciste?! - pregunte alarmado

- nada, solo lo deje inconsciente, aún no se que voy hacer con él - me dice acariciando el cabello de Diego con cierto brillo que hace que piense "¡oh no!" lo alejo a la defensiva, no parece molesto pero así es mas peligroso - tenemos que pensar que hacer, si este tonto le dice a Tristan que estoy vivo va a volver a perseguirme y siempre va a ver una posibilidad de que me destruyan, puedo tolerarlo pero no que maten a mis bebés - me advierte agarrándome la barbilla con fuerza.

- yo hablare con él te prometo que...

- puedes cogertelo si quieres pero dudo que se calle aun por despecho hablaría, y no me voy arriesgar

Empecé a sudar frío, haría cualquier cosa por proteger a mis hijos pero no mataría a Diego, jamás sería capaz, pero tenía una posibilidad ya que él no había optado por matarlo, si no que "lo pensaría", vi que estaba haciendo unas llamadas, este lugar era pequeño así que me lleve por lo pronto a Diego a una habitación del primer hotel que encontré, no sabía cuanto tiempo estaría inconsciente así que aproveché para hacer una llamada, tenía que ver bien a quien llamaría.

- "hola" - respondió la suave voz a otro lado me alegre de escucharlo quien contestara hace mucho no escuchaba su voz.

- ¿Paul? - solo pregunte para cerciorarme, claro que reconocía la voz de caramelo de mi ex.

- "¿Akira?" "¿qué tal?" - me dice un poco sorprendido

- pues... que te diré, ¿podrías hacerme un favor?

- solo me llamas cuando necesitas uno - me rezonga

- se trata de Diego, ¿él te agrada, cierto?

- "claro, ¿qué tiene?" - me pregunta un poco mas interesado

- ¿podría ir por ti? Es decir, dime donde estas, es algo que podría ser grave - le dije, y después de unos minutos de silencio, me describe donde esta, lo traigo con el anillo así me provoque malestar, no lo someteré a un viaje en avión.

Esta tal cual como lo recuerdo, me mira extrañado preguntándose que era tan grave, le mostré a mi rubio dormido

- ¿qué le paso? - pregunto preocupado arrodillándose a su lado.

- se entero de lo mio con Dante - Paul me mira como si le hubiera puesto una película a la mitad.

- ¿qué se supone pasa con Dante? - me dijo con los ojos abiertos.

Detrás de tu rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora